LD (EFE) En una carta abierta dirigida al ministro de Asuntos Exteriores bielorruso, Sergei Martynov, el representante de la OSCE para la libertad en los medios de comunicación, Miklos Haraszti, ha definido como "un ejercicio de censura" un decreto presidencial bielorruso en el que prohíbe a medios de comunicación y ONG privadas utilizar en sus cabeceras y nombres oficiales las palabras "nacional" y "bielorruso/a".
La organización teme que bajo esta maniobra legal se encuentre la intención de echar el cierre a los rotativos críticos con el régimen bielorruso, que Bruselas y Washington definen como la última dictadura de Europa.
El decreto, emitido el pasado 31 de mayo por el presidente Aleksander Lukashenko, establece que en el plazo de tres meses los medios de comunicación privados deberán eliminar esos sustantivos de sus cabeceras, en caso contrario podrían perder sus licencias de distribución.
Haraszti criticó que la medida legal afectará a un gran número de periódicos independientes, pero que no se aplicará a medios estatales. Afirmó que "como resultado de estos cambios, algunos periódicos independientes deberán registrar de nuevo (sus licencias) en el plazo de tres meses, un proceso que en el pasado ha conducido a suspensiones temporales o permanentes, pérdida de derechos de distribución y otras restricciones administrativas".