L D (Agencias) Philip Morris ha dado un giro inesperado en su política comercial al abaratar sus marcas más conocidas en España, como Marlboro o Chesterfield. El órdago lanzado por la compañía estadounidense ha revolucionado este mercado y, según fuentes del sector, abre un nuevo escenario industrial que obliga a otras tabaqueras, en especial a Altadis, a replantearse su estrategia.
Así, Philip Morris ha bajado una media de entre 20 y 40 céntimos de euro algunas de sus principales marcas más compradas en España, como Chesterfield, que ahora está en dos euros la cajetilla; L&M, que se sitúa en 1,75 euros, y su marca más conocida, Marlboro, que se venderá a 2,35 euros.
Entretanto, la estrategia de su competidora Altadis ha sido justamente la contraria. La tabaquera hispano-francesa anunció este miércoles una subida del precio de sus principales marcas de cigarrillos en España, incremento que sitúa la cajetilla de Fortuna, Nobel y Ducados en 2,50 euros.
Una estrategia comercial y un pulso al Gobierno
Tras la ofensiva del Gobierno contra el tabaco, introducida por la nueva ley, las medidas sobre el sector se han visto reforzadas en pocos días por un aumento de los impuestos dirigido a desincentivar su consumo, en especial entre los más jóvenes. Sin embargo, la tabaquera estadounidense no sólo ha absorbido el incremento impositivo, sino que en una medida sin precedentes ha dado lugar a una situación "totalmente nueva" porque marcas consideradas de gama alta, como Marlboro, se sitúan en un nivel de precios inferior al de otras tradicionalmente más baratas como Fortuna, de Altadis.
Frente a otros impuestos especiales, en el caso del tabaco su recaudación es especialmente dependiente de los precios que puedan fijar sus fabricantes e importadores, lo que explica que, según algunos analistas del sector, la decisión de Philip Morris se interprete como "un pulso al Gobierno". Otros analistas, al margen de estas consideraciones, argumentan que con este movimiento se abre una "guerra de precios sin precedentes" repleta de interrogantes y que puede afectar con dureza a las ventas de Altadis.
Los estanqueros amenazan con negarse a vender "marcas baratas"
Fernández Vicario opinó que el Gobierno debería situar en dos euros el precio mínimo de venta de todas las cajetillas de tabaco, para combatir así el consumo por parte de los menores. En este sentido, explicó que con el anuncio de la bajada del precio de las marcas de Philip Morris, el problema del acceso de los jóvenes a este producto no se resuelve. Asimismo, afirmó que los estanqueros están "intranquilos” porque se encuentran “en medio de esta guerra de precios que llevan a cabo los fabricantes de tabaco".
La bajada de los precios de las "marcas baratas", a su juicio, perjudica la operatividad de la Ley Sanitaria, ya que los compradores de éstas son mayoritariamente jóvenes, que cuentan con una menor capacidad adquisitiva. Fernández informó de que, tras ponerse en contacto con el Gobierno para pedirle una solución al avance en el mercado de las "marcas baratas", éste respondió que "no está por la labor" de inmiscuirse en la cuestión, que considera "asunto de los fabricantes".