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Organismos de derechos humanos peruanos denucian al candidato Ollanta Humala por desapariciones y torturas

La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú denunció ante la Fiscalía al candidato presidencial Ollanta Humala por violaciones de los derechos humanos cuando fue jefe de una base militar en los años 1992 y 1993. La denuncia fue presentada el jueves por miembros de la entidad humanitaria ante la Fiscalía de Tocache, ubicada en el selvático departamento de San Martín. El candidato populista de izquierdas es respaldado por el presidente venezolano Hugo Chávez.

La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú denunció ante la Fiscalía al candidato presidencial Ollanta Humala por violaciones de los derechos humanos cuando fue jefe de una base militar en los años 1992 y 1993. La denuncia fue presentada el jueves por miembros de la entidad humanitaria ante la Fiscalía de Tocache, ubicada en el selvático departamento de San Martín. El candidato populista de izquierdas es respaldado por el presidente venezolano Hugo Chávez.
L D (EFE) El secretario ejecutivo de la Coordinadora de Derechos Humanos, Francisco Soberón, informó de que se presentaron tres denuncias contra Humala por desapariciones, torturas y detenciones arbitrarias cuando era jefe de la base militar de Madre Mía.

En junio de 1992, tras una redada militar, fueron detenidos los esposos Benigno Sulca y Teresa Avila, además del hermano de esta última, Jorge Avila, por ser sospechosos del delito de terrorismo. La pareja desapareció y Jorge Avila afirma que hubiera corrido la misma suerte, de no ser porque se lanzó al río Huallaga, afluente del río Amazonas, y logró así escapar de sus captores.

Avila es uno de los denunciantes contra el candidato presidencial junto a su hermana Natividad Avila y la profesora Aurea Felipe Hermosilla, que afirma que su esposo, Miguel Angel Herrera, desapareció en las mismas fechas que los otros dos.

Meses después del suceso, en 1992, todos ellos presentaron sus denuncias ante la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDH) e identificaron al jefe militar de la operación como "capitán Carlos González". Humala ha admitido en una entrevista con un canal de televisión estadounidense haber sido conocido alguna vez como "Carlos".

En una entrevista publicada este jueves en el semanario Caretas, el ministro peruano de Defensa, Marciano Rengifo, respondió a las peticiones para que se investigue a Humala por estas denuncias. Rengifo indicó que no hay constancia oficial de que Ollanta Humala usara el apodo de "capitán Carlos", aunque sí confirmó que el candidato estuvo destinado en la base Madre Mía en 1992 y 1993.

Humala es "el único que puede informar si ese apelativo (capitán Carlos) le pertenece o no", subrayó Rengifo, quien recalcó que "para el Ejército no existen los apelativos porque todo se hacia con el nombre real". Soberón precisó que también exigirán al Ministerio de Defensa peruano que se investiguen las responsabilidades de Humala en el período 1992-1993 y las de sus jefes militares del llamado Frente Huallaga, ubicado en Tarapoto, capital de San Martín. Las investigaciones preliminares de la Coordinadora apuntan a que el candidato izquierdista pudo estar involucrado en varios delitos de tortura y desaparición en el río Huallaga, a 700 kilómetros al este de Lima.

En respuesta a las denuncias, Humala, que va segundo en las encuestas de intención de voto para los comicios del próximo 9 de abril, señaló que cumplió "sus obligaciones como soldado" al combatir al terrorismo de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).

Según la hoja de servicio del ex comandante Humala, a la que tuvo acceso la agencia Efe, fue jefe de patrulla en Ayacucho entre enero y julio de 1985, cuando los enfrentamientos entre Sendero Luminoso y el Ejército se encontraban en su punto álgido.

Entre enero y octubre de 1991 recibió un curso de especialización en interrogatorios y lucha antiterrorista en la Escuela de Inteligencia del Ejército, y en enero de 1992 fue trasladado a la base militar de Madre Mía, en la frontera con Brasil y a 700 kilómetros al este de Lima. Allí permaneció hasta febrero del año siguiente al mando del batallón antiterrorista 313.

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