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Madrazo, el cuestionamiento interno en el PRI

Roberto Madrazo Pintado, candidato del histórico Partido Revolucionario Institucional a la presidencia de México, es calificado por analistas políticos como un representante de los "caciques del viejo PRI" que se caracterizaron durante décadas por urdir todo tipo de artimañas antidemocráticas, de alianzas temporales oportunistas y permanentes traiciones. Aunque Madrazo se ha preparado durante más de una década para ser presidente, ha visto disminuidas sus posibilidades de imponerse en los comicios después de una accidentada campaña impregnada por el desprestigio y críticas de sus ex compañeros. Sin embargo, en las encuestas electorales se coloca en un afianzado tercer puesto.

Roberto Madrazo Pintado, candidato del histórico Partido Revolucionario Institucional a la presidencia de México, es calificado por analistas políticos como un representante de los "caciques del viejo PRI" que se caracterizaron durante décadas por urdir todo tipo de artimañas antidemocráticas, de alianzas temporales oportunistas y permanentes traiciones. Aunque Madrazo se ha preparado durante más de una década para ser presidente, ha visto disminuidas sus posibilidades de imponerse en los comicios después de una accidentada campaña impregnada por el desprestigio y críticas de sus ex compañeros. Sin embargo, en las encuestas electorales se coloca en un afianzado tercer puesto.
(Libertad Digital) Nacido en Villahermosa, capital de estado de Tabasco, Roberto Madrazo Pintado asumió el reto de devolver el poder al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que hasta el año 200 y durante más de setenta años ocupó la presidencia de México. Tercero en la carrera presidencial, según las encuestas sobre intención de voto, confía en que la potente maquinaria de su partido le permita superar las riñas internas y ganar las elecciones.
 
Tras la derrota del PRI en 2000 Madrazo se logró presentar como el político capaz de regenerar al PRI y salvarlo de su desaparición, y formó una fuerte alianza con los grupos tradicionales, entre ellos con Elba Esther Gordillo, líder del poderoso sindicato nacional de maestros, para convertirse en el líder de ese partido en 2002. Entre 2003 y 2005, la alianza con Gordillo se rompió y Madrazo impidió que la sindicalista le sucediera al frente del PRI, algo que no convenía a sus aspiraciones presidenciales.
 
En el proceso para convertirse en candidato al interior del PRI, Madrazo generó discrepancias y fracturas, e incluso superó un grupo que se denominó popularmente "Tucom" (Todos Unidos contra Madrazo), integrado por varios dirigentes y gobernadores que le disputaron la candidatura. En aquella pugna desbancó al ex gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, quien dejó la carrera envuelto en un escándalo nunca aclarado por supuesto enriquecimiento ilícito.
 
En noviembre pasado Madrazo disputó y ganó el proceso interno de selección del PRI a Everardo Moreno, un desconocido vicefiscal cuya aspiración presidencial fue efímera. Tras su victoria, muy discutida por algunos notables del PRI, comenzó una larga campaña con la que no ha logrado ganar simpatías en la sociedad mexicana, que sigue asociando al PRI con la corrupción y los malos gobiernos.
 
La vida política de Madrazo ha estado llena de polémicas y altibajos. Es hijo de uno de los más destacados militantes de la denominada izquierda del PRI, Carlos Madrazo, activista izquierdista en su juventud, gobernador Tabasco y presidente del PRI en la década de los sesenta, que murió en un cuestionado accidente de aviación. La leyenda negra que le envuelve comenzó en 1994 cuando en su estado natal, Tabasco, Madrazo logró imponerse a numerosos grupos locales y se convirtió en el gobernador en unas competidas elecciones con Andrés Manuel López Obrador, su rival en las presidenciales de 2006 donde lidera las encuestas.
 
Aquellos comicios generaron un fuerte conflicto postelectoral al destapar López Obrador el derroche en la campaña de Madrazo lo que desató protestas que llegaron hasta la capital del país. El entonces recién elegido presidente Ernesto Zedillo acordó con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) relevar a Madrazo para evitar complicaciones al arranque de su administración. Sin embargo, el ahora aspirante presidencial se rebeló contra la decisión del Gobierno central y consolidó su imagen controvertida, polémica y rebelde, de hombre fuerte, insumiso, voluntarioso, y capaz de cualquier cosa para conseguir sus metas. Aquel enfrentamiento con el entonces presidente rebrotó en 1999, en la carrera interna para elegir al candidato presidencial para 2000, cuando Madrazo contendió pero a la postre perdió frente a Francisco Labastida, el preferido del presidente.

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