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Los consejos de Otegi a uno de sus cachorros

El juez Baltasar Garzón dijo el 15 de marzo de 2001que la participación de Otegi en la conferencia de prensa convocada por Haika fue "consciente y voluntaria y al servicio de la organización ETA-KAS-EKIN". Los cachorros protestaban por su ilegalización. Asier Tapia confesó que Otegi le dio instrucciones de cómo leer el texto.

(Libertad Digital) Así lo aseguraba hace dos años el magistrado de la Audiencia Nacional en un escrito remitido al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en el que pedía a este órgano que investigara si Otegi cometió un delito de terrorismo y daños por inducción y otro de amenazas. En el escrito Garzón señalaba que la ola de violencia callejera que siguió a la lectura del comunicado de Haika, tras la detención de dirigentes de la organización juvenil, "no se hubiera producido o no se habría desarrollado con la intensidad desplegada" de no haber intervenido Otegi en el acto.

El pasado 6 de marzo de 2001, tras la detención de quince dirigentes de Haika, Otegi asistió a una conferencia de prensa en el hotel Costa Vasca de San Sebastián en la que un miembro de esta organización juvenil dio lectura a un comunicado tras el cual se registró lo que Garzón, según las mismas fuentes, describe en su escrito como "una reacción hiper-violenta contra personas y bienes en todo el País Vasco".

Un cachorro adiestrado por Otegi

En el comunicado, leído en castellano por el miembro de Haika Asier Tapia, se hacía referencia a las detenciones ordenadas por el juez Garzón contra la organización juvenil de ETA y se decía que "vamos a responder con todo nuestro enfado a los que quieren aniquilar y vender este pueblo y no les va a salir gratis" . Tapia no era el portavoz oficial de Haika pero le convencieron de que asumiera esas funciones. Aceptó, pero dijo que Otegi le dio instrucciones de cómo presentarse ante las cámaras –“con tranquilidad”— y cómo debía leer el texto, “con arrogancia”. Y así lo hizo, bajo la atenta mirada del dirigente.

Según Garzón, los responsables de Haika y de Herri Batasuna (HB), en cuya sede se redactó el manifiesto, buscaban con la rueda de prensa "efectuar una llamada general y una incitación, directa e inmediata, a los militantes de Haika para que desarrollen toda una serie de actos vandálicos o de kale borroka, con la finalidad de producir intimidación o amedrentamiento de la población".

En el escrito se reseñaban un total de 21 acciones de terrorismo callejero registradas entre los días 6 y 11 de marzo por las que ahora se embarga a Batasuna. Sobre la actuación de Otegi, el juez dijo entonces que acudió como "miembro cualificado de HB y parlamentario de EH" a la rueda de prensa "en apoyo de una organización respecto de la que existen abundantes indicios de que forma parte integrante de ETA-KAS-EKIN" y añade que "HB de San Sebastián acoge a los responsables de Haika y les presta su sede y medios" para la elaboración del comunicado.

Otegi, garantía de radicalidad

Según Garzón, "es precisamente la presencia de Otegi y otros responsables de HB lo que da consistencia, trascendencia, credibilidad y seriedad a la incitación a la violencia callejera", incitación que el juez estima "real, suficiente y guarda directa relación con los hechos que después se producen en forma perfectamente organizada y respondiendo a las consignas establecidas por la organización terrorista Haika".

En aquellas fechas, Arnaldo Otegi no imaginaba lo que se avecinaba dos años después: suspensión, embargos, ilegalización, desaparición política y electoral y hasta un puesto de honor en la lista de organizaciones terroristas elaborada por EEUU.

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