L D Denis MacShane, que el pasado viernes se reunió en Madrid con su homólogo español, Ramón de Miguel, explica en sendas entrevistas concedidas a El Mundo y El País que no sólo no ha habido avances tras los últimos encuentros bilaterales sino que la negociación puede darse por zanjada: "Dudo de que en estos tiempos se pueda esperar seriamente que la cuestión de Gibraltar pueda volver a la mesa negociadora con la esperanza de obtener resultados positivos". A su juicio, el talante ha sido decivo para llegar a esta situación: “Si todos nos relajamos un poco, será mejor. Gibraltar debería ser parte de una nueva y dinámica Europa regional en una esquina de la Península española. Pero si nos empeñamos en hacer una política en la que cualquier avance de un lado se vea como una derrota del otro, no llegaremos a ninguna parte”. Pero acto seguido matiza que “Gibraltar es para Gran Bretaña un poco lo que Ceuta y Melilla son para España. No es parte de nuestro territorio, pero la gente de allí se siente muy británica”.
Reconoce que “hace mucho tiempo que creo que el mejor modo de tratar con Gibraltar es un modo amable, persuasivo y amistoso, sin hacer de ello un gran tema político” y admite que “si durante los últimos 25 años hubiera habido un enfoque de menos confrontación, quizás la historia de Gibraltar sería hoy diferente”.
Sobre las declaraciones de la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, que el pasado jueves manifestó que el Gobierno hará todo lo posible para llegar a un acuerdo de soberanía compartida, MacShane considera que “Madrid y Londres tienen temas más importantes que tratar”. Admite que habrá que tener en cuenta la postura de los habitantes del Peñón y recuerda que no ya han expresado su negativa a cualquier negociación Londres-Madrid: “Tengo muchas dudas de que la gente de Gibraltar vaya a apoyar un cambio importante en su estatuto antes de que pase un largo periodo de relaciones muy calmadas y amistosas con España. No creo que eso ocurra antes de que llegue mi sucesor, o incluso varios sucesores". E Insiste: "Tenemos gran respeto y estamos siempre abiertos a conversaciones con Madrid, pero dudo de que en estos tiempos se pueda esperar seriamente que la cuestión de Gibraltar pueda volver a la mesa negociadora con la esperanza de obtener resultados positivos”.
Sorpresa en la diplomacia española
El secretario de Estado de Asuntos Europeos se ha mostrado “sorprendido” por las declaraciones de su colega británico, que considera que “no son oportunas”. Ramón de Miguel cree que estas manifestaciones “suponen un afán de ruptura (...) que no está en el espíritu ni del Gobierno español, ni del británico”. “Sabemos que hay dificultades, pero en ningún momento el espíritu de negociación para buscar una solución al problema de Gibraltar ha sido puesto en duda, y desde luego nunca por el Gobierno español”, ha insistido.
Reconoce que “hace mucho tiempo que creo que el mejor modo de tratar con Gibraltar es un modo amable, persuasivo y amistoso, sin hacer de ello un gran tema político” y admite que “si durante los últimos 25 años hubiera habido un enfoque de menos confrontación, quizás la historia de Gibraltar sería hoy diferente”.
Sobre las declaraciones de la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, que el pasado jueves manifestó que el Gobierno hará todo lo posible para llegar a un acuerdo de soberanía compartida, MacShane considera que “Madrid y Londres tienen temas más importantes que tratar”. Admite que habrá que tener en cuenta la postura de los habitantes del Peñón y recuerda que no ya han expresado su negativa a cualquier negociación Londres-Madrid: “Tengo muchas dudas de que la gente de Gibraltar vaya a apoyar un cambio importante en su estatuto antes de que pase un largo periodo de relaciones muy calmadas y amistosas con España. No creo que eso ocurra antes de que llegue mi sucesor, o incluso varios sucesores". E Insiste: "Tenemos gran respeto y estamos siempre abiertos a conversaciones con Madrid, pero dudo de que en estos tiempos se pueda esperar seriamente que la cuestión de Gibraltar pueda volver a la mesa negociadora con la esperanza de obtener resultados positivos”.
Sorpresa en la diplomacia española
El secretario de Estado de Asuntos Europeos se ha mostrado “sorprendido” por las declaraciones de su colega británico, que considera que “no son oportunas”. Ramón de Miguel cree que estas manifestaciones “suponen un afán de ruptura (...) que no está en el espíritu ni del Gobierno español, ni del británico”. “Sabemos que hay dificultades, pero en ningún momento el espíritu de negociación para buscar una solución al problema de Gibraltar ha sido puesto en duda, y desde luego nunca por el Gobierno español”, ha insistido.