L D (EFE) Así consta en las cuentas financieras de la economía española publicadas por el Banco de España, en las que se observa que los hogares casi duplicaron su riqueza entre 1995 -primer año que figura en estas estadísticas- y el 2001.
El descenso registrado el año pasado se debió a la caída de las participaciones en acciones y fondos de inversión -que viene produciéndose desde el año 2000, debido al periodo bajista de las bolsas-, que contrastó con el incremento del dinero en efectivo, de los depósitos y de los seguros. Las inversiones en acciones, que en años anteriores se convirtieron en la partida financiera más importante de las familias, disminuyeron el año pasado en algo más de 80.000 millones de euros, con lo que se situaron en 362.500 millones.
De esa cuantía, 132.000 millones estaban ingresados en fondos de inversión, 95.000 millones en acciones de bolsa, otros tantos en no cotizadas y los 40.000 restantes en otras participaciones. Las cuantías disponibles en efectivo y las acumuladas en depósitos, mucho más conservadoras, eran a final de 2002 los destinos principales de los activos financieros de las familias, que tenían en estos productos 484.300 millones. Los derechos acumulados en seguros, la mayor parte de vida y fondos de pensiones, han sido de las partidas que más han crecido en los últimos ocho años, en los que prácticamente se han triplicado, hasta elevarse a 174.100 millones.
Los seguros de vida, uno de los productos para complementar la pensión pública que más se ha promocionado en la última década, acaparaban 88.700 millones de euros, frente a los 28.200 millones de 1995. Los fondos de pensiones, que partieron de la misma situación, han tenido una progresión más moderada y no han alcanzado todavía los 70.000 millones de euros. El resto de activos financieros de las familias lo componían los 21.300 millones de euros invertidos en valores distintos de acciones y los 40.900 millones de otras cuentas pendientes de cobro.
El descenso registrado el año pasado se debió a la caída de las participaciones en acciones y fondos de inversión -que viene produciéndose desde el año 2000, debido al periodo bajista de las bolsas-, que contrastó con el incremento del dinero en efectivo, de los depósitos y de los seguros. Las inversiones en acciones, que en años anteriores se convirtieron en la partida financiera más importante de las familias, disminuyeron el año pasado en algo más de 80.000 millones de euros, con lo que se situaron en 362.500 millones.
De esa cuantía, 132.000 millones estaban ingresados en fondos de inversión, 95.000 millones en acciones de bolsa, otros tantos en no cotizadas y los 40.000 restantes en otras participaciones. Las cuantías disponibles en efectivo y las acumuladas en depósitos, mucho más conservadoras, eran a final de 2002 los destinos principales de los activos financieros de las familias, que tenían en estos productos 484.300 millones. Los derechos acumulados en seguros, la mayor parte de vida y fondos de pensiones, han sido de las partidas que más han crecido en los últimos ocho años, en los que prácticamente se han triplicado, hasta elevarse a 174.100 millones.
Los seguros de vida, uno de los productos para complementar la pensión pública que más se ha promocionado en la última década, acaparaban 88.700 millones de euros, frente a los 28.200 millones de 1995. Los fondos de pensiones, que partieron de la misma situación, han tenido una progresión más moderada y no han alcanzado todavía los 70.000 millones de euros. El resto de activos financieros de las familias lo componían los 21.300 millones de euros invertidos en valores distintos de acciones y los 40.900 millones de otras cuentas pendientes de cobro.