L D (Agencias) Pasqual Maragall dice en su artículo, publicado este lunes en El País , que Aznar y Pujol son un “peligro cierto” para la construcción de la España plural y hace una invitación a la población para que olvide “a esos redentores que han administrado sabiamente vuestro mutuo rencor” y que, “pretendiendo sucederse a sí mismos, aunque sea por persona interpuesta, quieren cerrar la puerta” a “la España consciente de su intrínseca pluralidad”. El texto comienza con una arenga contra el presidente del Gobierno, al que le acusa de vivir “en una especie de permanente crisis de ansiedad, buscando enemigos por doquier”. Sostiene que Aznar ha hallado en Pujol “el ideal”, ya que “se pusieron de acuerdo en odiarse educadamente” y han logrado con ello en los últimos ocho años “parar el reloj de la historia hasta extremos inauditos”.
Por ese motivo, Maragall reclama que “el pueblo ponga a los culpables del atasco en su sitio” y permita superar los “odios menores y peleas de barrio mal resueltas”, porque “ser cautelosos y admitir el mal menor de una conllevancia educada no sólo es insuficiente, sino enormemente peligroso”, según su opinión. En este contexto, el líder del PSC insiste en que Cataluña debe situarse “en el puente de mando de España” para dibujarla “no radial y centrípeta, sino en red”. El socialista catalán, que considera “cómico decirle a Cataluña o a Extremadura que no formen regiones económicas con el sur de Francia y el sur de Portugal”, concluye que “deberíamos sugerirle a Aznar que se quedara, para que los españoles se pudieran permitir la satisfacción de mandarle democráticamente de nuevo a la oposición”.
Por ese motivo, Maragall reclama que “el pueblo ponga a los culpables del atasco en su sitio” y permita superar los “odios menores y peleas de barrio mal resueltas”, porque “ser cautelosos y admitir el mal menor de una conllevancia educada no sólo es insuficiente, sino enormemente peligroso”, según su opinión. En este contexto, el líder del PSC insiste en que Cataluña debe situarse “en el puente de mando de España” para dibujarla “no radial y centrípeta, sino en red”. El socialista catalán, que considera “cómico decirle a Cataluña o a Extremadura que no formen regiones económicas con el sur de Francia y el sur de Portugal”, concluye que “deberíamos sugerirle a Aznar que se quedara, para que los españoles se pudieran permitir la satisfacción de mandarle democráticamente de nuevo a la oposición”.