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EEUU rechaza firmar un pacto de no agresión hasta que Corea del Norte renuncie a su programa nuclear

La delegación de EEUU que asiste a la cumbre que se celebra en Pekín para desactivar la amenaza de una guerra en la península coreana, rechazó firmar con Pyongyang un tratado de no agresión. Washington exige que el régimen comunista renuncie a su programa nuclear mientras que los norcoreanos piden garantías al temer una eventual invasión.

LD (Agencias) La delegación estadounidense rechazó, durante la primera jornada de las conversaciones sobre el programa de armas nucleares de Pyongyang, la exigencia norcoreana de suscribir un pacto de no agresión. Washington pide que para hacer realidad ese gesto de acercamiento, antes los comunistas deberán renunciar al programa nuclear puesto en marcha en octubre. El régimen comunista exige garantías de que no será blanco de un ataque como el de Irak, para abandonar el desarrollo de su “fuerza nuclear disuasoria”.

La sesión matutina de este jueves se desarrolló a puerta cerrada en la casa de huéspedes de Diaoyutai durante casi cuatro horas, tras lo cual las delegaciones de Corea del Sur, Japón y EEUU se encontraron en la embajada estadounidense de Pekín. Un portavoz de dicha embajada confirmó que “no habrá ninguna reunión bilateral formal con los norcoreanos”, algo a lo que es sumamente reticente Washington. La fuente restó importancia al encuentro informal de media hora entre el subsecretario de Estado James Kelly y su homólogo norcoreano, Kim Yong-il. Ese fue el primer contacto directo en cuatro meses entre ambos países. Paralelamente, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores Alexander Losyukov se entrevistó por separado con el emisario norcoreano y con Kelly.

Japón tuvo asimismo la posibilidad de tratar bilateralmente con Corea del Norte el asunto de los secuestros, cuya resolución es vital para la opinión pública nipona. “Hemos exigido que las familias de los cinco secuestrados puedan reunirse en Japón”, declaró el portavoz de a delegación japonesa, Yasuo Fukuda. El año pasado Pyongyang reconoció haber secuestrado a trece japoneses durante la década de los años setenta para entrenar a sus espías y recientemente permitió a cinco volver a Japón, aunque no a sus familias.

En las conversaciones de Pekín aún no se ha aclarado si Pyongyang tiene o no armas nucleares o si está en condición de crearlas en breve plazo, tal como alega Corea del Norte. El eventual desarrollo de armas nucleares permitiría al régimen reducir sus gastos militares y dedicarlos a otras áreas, además de chantajear a los países de la región para que viertan ayudas económicas, en forma de comida y energía, opinan los especialistas. Con un ejército de un millón de soldados, 1.600 aviones anticuados, un arsenal de 700 misiles, y un programa de desarrollo de armas biológicas y químicas iniciado en la década de los años sesenta, los gastos militares engullen un tercio del Producto Interior Bruto (PIB) del autárquico régimen.

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