L D (EFE) La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y dos inspectores jefes de la Policía Nacional hicieron públicos este jueves datos como éstos en la sede madrileña de la Fundación Autor, vinculada a la citada sociedad de gestión. El abogado de la SGAE Pedro Farré expuso un cálculo de negocio de "una red media" de "piratería" musical según el cual los costes de la "empresa" (por local, maquinaria para fabricar copias de las grabaciones y fotocopiar carátulas, cds vírgenes y pagos al personal) equivalen a unos 50.000 euros al mes, periodo durante el cual la "fábrica pirata" alcanza una producción de unos 130.000 discos.
Los beneficios anuales resultantes del cálculo de la SGAE son de unos 79.894 euros al mes, cantidad que, multiplicada por doce meses, supone un rendimiento, siempre según los cálculos de la SGAE, tan redondo como casi un millón de euros al mes. En cuanto a los considerados hasta ahora el eslabón débil de la cadena, es decir, los "manteros", los inspectores jefes Manuel Alcaide y Damián Fuentes aportaron datos que sorprendieron incluso a los responsables de la Sociedad de Autores pues, según el primero de los agentes citados, "en condiciones normales un mantero puede ingresar 40 o 50.000 pesetas al día" (es decir, entre 240 y 300 euros).
Por su lado, el dueño de la "empresa", según Alcaide, puede alcanzar ingresos de unas 700.000 pesetas al día (es decir, un millón y medio de euros al año). Este volumen de negocio resulta muy apetecible para redes mafiosas integradas "en un 90 por cien" por ciudadanos de otros países, según los dos agentes de la Policía. Damián Fuentes recordó que recientemente participó en la desarticulación de una red cuyos "capos" eran dueños "de toda una manzana de negocios" en Murcia. Ambos destacaron que junto a la labor de su cuerpo de seguridad también están siendo importantes los trabajos de la Guardia Civil y la Policía Municipal (que por ejemplo en Madrid se incauta de unos 100.000 discos piratas al año en la calle).
Las redes citadas se agrupan y organizan por nacionalidades y culturas: chinos, paquistaníes y nacidos en Bangladesh, senegaleses, norteafricanos o latinoamericanos, explicaron los policías, quienes destacaron que las actuaciones de estos ciudadanos no deberían afectar a la imagen de sus compatriotas honrados. Si los de origen chino actúan controlando toda la cadena de producción y venta en grupos muy herméticos, los pakistaníes o indios fabrican los discos y luego los venden a subsaharianos, una conducta similar a la acometida por redes integradas por magrebíes.
El "mantero", entonces, actúa, salvo con la excepción de los vendedores de origen chino, que "hasta tienen que cumplir objetivos de venta", "como un autónomo", explicó Alcaide. "Compra la mercancía pagando o a crédito sobre las ventas, y la red, en ocasiones, incluso asume las pérdidas por incautaciones", dijo. "Esta situación fomenta la aparición de mafias organizadas que siempre comienzan instalándose en un país a partir de pequeños negocios ilegales, pero que más tarde, si su fuente de ingresos decae, son capaces de reciclarse, como sucedió con el contrabando de tabaco y luego con la cocaína", señaló Alcaide, quien recordó que incluso se han dado casos de intento de corrupción de agentes policiales.