INFORME: ¿Qué es el programa TIA?
El programa TIA (Terrorist Information Awareness) es un proyecto del Departamento de Defensa de EEUU cuyo objetivo consiste en tener un “conocimiento de la información sobre terrorismo”. Al frente del mismo se encuentra la DARPA, una agencia del Pentágono que se ocupa de sus desarrollos tecnológicos.
L D (Nacho G. Mostazo) En sus orígenes, cuando se empezó a estudiar la idea en el año 2001, el programa TIA se denominó “Total Information Awareness”, es decir, “conocimiento total de la información”, pero su nombre resultaba, además de muy pretencioso, bastante peligroso en un país como Estados Unidos, donde es muy alta la sensibilidad ante posibles erosiones de las libertades civiles. Cuando el Pentágono se dio cuenta de que el nombre era un error, prefirió ajustar su definición y lo convirtió en “Terrorism Information Awareness”, manteniendo el acróstico de TIA. Tampoco modificó sus principales objetivos.
Así, el proyecto TIA pretende la creación de una gran base de datos conjunta entre las agencias de espionaje, los departamentos policiales y otras autoridades nacionales e internacionales para cruzar información y trazar perfiles sobre posibles terroristas. Hasta ahí, todo parecería correcto. Sin embargo, ni la Cámara de Representantes ni el Congreso de EEUU están demasiado convencidos de la idoneidad de este proyecto, ya que el Pentágono podría espiar a ciudadanos estadounidenses, cuya legislación protege su derecho a la intimidad y a la involabilidad de sus comunicaciones.
El objetivo del programa TIA consiste en crear una sistema informático capaz de rastrear correos electrónicos, tarjetas de crédito, transacciones bancarias, reservas aéreas, números de teléfono y otras pistas similares que sirvan para identificar conductas sospechosas, trazando patrones de los ciudadanos a fin de detectar a supuestos terroristas antes de que puedan actuar. Según la página web de la Oficina del Conocimiento de la Información, dependiente de DARPA, el proyecto TIA pretende “detectar, clasificar e identificar a terroristas extranjeros y descifrar sus planes”.
La Administración Bush pretendía avanzar en la instalación de este sistema con cierto sigilo, pero la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) denunció públicamente sus planes e inició una campaña de resistencia, a la que se han sumado tanto legisladores demócratas como republicanos, que impusieron enmiendas para tratar de aclarar mejor los objetivos del programa TIA. No obstante, las enmiendas se limitaban a impedir el desarrollo de esta tecnología para ser utilizada contra ciudadanos estadounidenses, pero no se oponía a que un sistema similar de espionaje tecnológico pueda funcionar fuera de sus fronteras.
Una de las obligaciones legales de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), una de las agencias de espionaje dependientes del Pentágono y que colaboraría activamente en el programa TIA, es precisamente llevar a cabo misiones de espionaje tecnológico en el exterior de EEUU. Esta agencia de inteligencia opera redes de interceptación de las comunicaciones como “Echelon”, que le da acceso ilimitado a las telecomunicaciones vía satélite en todo el mundo.
Estos sistemas de espionaje masivo operan, sobre todo, fuera del territorio de EEUU, y nunca pueden enfocarse contra ciudadanos norteamericanos, salvo con una autorización expresa del Fiscal General del Estado (Ministro de Justicia), aunque sí pueden usarse contra el resto de ciudadanos en cualquier país del mundo –europeos incluidos–, ya que no están protegidos por las leyes estadounidenses. El hecho de que la legislación de EEUU aplicada al programa TIA sólo proteja los datos referentes a ciudadanos estadounidenses preocupa especialmente a las autoridades de la Unión Europea, que actualmente estudian la viabilidad de firmar un acuerdo con EEUU para proteger los datos de carácter personal de sus ciudadanos.
Más información: Página oficial del programa TIA
Así, el proyecto TIA pretende la creación de una gran base de datos conjunta entre las agencias de espionaje, los departamentos policiales y otras autoridades nacionales e internacionales para cruzar información y trazar perfiles sobre posibles terroristas. Hasta ahí, todo parecería correcto. Sin embargo, ni la Cámara de Representantes ni el Congreso de EEUU están demasiado convencidos de la idoneidad de este proyecto, ya que el Pentágono podría espiar a ciudadanos estadounidenses, cuya legislación protege su derecho a la intimidad y a la involabilidad de sus comunicaciones.
El objetivo del programa TIA consiste en crear una sistema informático capaz de rastrear correos electrónicos, tarjetas de crédito, transacciones bancarias, reservas aéreas, números de teléfono y otras pistas similares que sirvan para identificar conductas sospechosas, trazando patrones de los ciudadanos a fin de detectar a supuestos terroristas antes de que puedan actuar. Según la página web de la Oficina del Conocimiento de la Información, dependiente de DARPA, el proyecto TIA pretende “detectar, clasificar e identificar a terroristas extranjeros y descifrar sus planes”.
La Administración Bush pretendía avanzar en la instalación de este sistema con cierto sigilo, pero la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) denunció públicamente sus planes e inició una campaña de resistencia, a la que se han sumado tanto legisladores demócratas como republicanos, que impusieron enmiendas para tratar de aclarar mejor los objetivos del programa TIA. No obstante, las enmiendas se limitaban a impedir el desarrollo de esta tecnología para ser utilizada contra ciudadanos estadounidenses, pero no se oponía a que un sistema similar de espionaje tecnológico pueda funcionar fuera de sus fronteras.
Una de las obligaciones legales de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), una de las agencias de espionaje dependientes del Pentágono y que colaboraría activamente en el programa TIA, es precisamente llevar a cabo misiones de espionaje tecnológico en el exterior de EEUU. Esta agencia de inteligencia opera redes de interceptación de las comunicaciones como “Echelon”, que le da acceso ilimitado a las telecomunicaciones vía satélite en todo el mundo.
Estos sistemas de espionaje masivo operan, sobre todo, fuera del territorio de EEUU, y nunca pueden enfocarse contra ciudadanos norteamericanos, salvo con una autorización expresa del Fiscal General del Estado (Ministro de Justicia), aunque sí pueden usarse contra el resto de ciudadanos en cualquier país del mundo –europeos incluidos–, ya que no están protegidos por las leyes estadounidenses. El hecho de que la legislación de EEUU aplicada al programa TIA sólo proteja los datos referentes a ciudadanos estadounidenses preocupa especialmente a las autoridades de la Unión Europea, que actualmente estudian la viabilidad de firmar un acuerdo con EEUU para proteger los datos de carácter personal de sus ciudadanos.
Más información: Página oficial del programa TIA
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