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MEDALLA DE PLATA PARA ALEJANDRO VALVERDE

Igor Astarloa se proclama campeón del mundo de ciclismo en Hamilton

La selección española de ciclismo volvió a cosechar este domingo un importante y merecido éxito por el buen hacer de sus integrantes y, como recompensa, se llevó la medalla de oro con Igor Astarloa y la de plata con Alejandro Valverde en la prueba reina de los campeonatos del mundo, que se ha disputado en la ciudad canadiense de Hamilton. El bronce fue para el belga Van Petengem.

L D (EFE) Este logro no es ninguna sorpresa, pues en la partida los españoles eran la escuadra a batir, pero demostraron tranquilidad y aplomo en los pocos momentos complicados que hubo y de esa forma igualaban la hazaña conseguida en la edición de 1995, en la ciudad colombiana de Duitama, cuando Abraham Olano lograba el oro y Miguel Indurain la plata. El bronce fue para el belga Peter van Petengem; mientras que la selección italiana con Paolo Bettini al frente, tras haber realizado una excelente carrera se quedo con la miel en los labios y no pudo revalidar el objetivo que no era otro que revalidar el título conseguido el pasado año con Mario Cipollini.

Mejor imposible para el conjunto español, al que se le pusieron mal las cosas, ya que a las primeras de cambio, en la vuelta inaugural, cuando tan sólo se llevaban unos ocho kilómetros, Oscar Sevilla se vio involucrado en una caída masiva y el resultado no pudo ser más nefasto: abandono. Se golpeó la espalda y el costado izquierdo que le trajo por la calle de la amargura durante la Vuelta a España y además, rompía una de las zapatillas que fue lo que le impidió continuar. Afortunadamente la carrera fue más tranquila de lo esperado y la baja del que iba a ser el "comodín" del equipo apenas se dejó notar.

Fue una carrera lenta, soporífera y empalagosa, especialmente en su primera mitad, pues los ataques brillaron por su ausencia y prueba de ello es que el primero llegaba cuando se cumplían cinco vueltas, de las 21 que tenían que dar a un circuito de 12,3 kilómetros y el protagonista era el holandés Koos Moerenhout. Un tirón que sirvió para animar un poco la carrera, pues luego del grupo saltaban el colombiano Víctor Peña y más tarde el noruego Bjomar Vestol que lograban enlazar y abrir un hueco de casi tres minutos y con ello salir a un primer plano a una de las selecciones fuertes del mundial, la italiana. Se encargo de echar la fuga abajo y a partir de ahí, prácticamente desde la décimo vuelta se encargaba de mantener todos los saltos controlados a una distancia que no llegaba al minuto y en determinados momentos acelerar un poco la marcha y poner fin a esas aventuras.

Así fueron pasando las vueltas sin que nada sucediese y lo más destacado era un ataque del belga Jurgen van Goleen al que se le unía inmediatamente después el suizo Beat Zberg. El dúo rodó con casi un minuto de ventaja mientras se lo permitió un pelotón que seguía bloqueado por los italianos y en el que comenzaban a vigilarse los favoritos, los Paolo Bettini y Oscar Freire que no tuvo su día pues sufrió un pinchazo, después tuvo que cambiar de bicicleta y al final tuvo problemas con la cadena.

La escapada que definió el Mundial

Quedaban tres vueltas para la llegada y las cosas seguían igual, aunque la tensión fue haciendo acto de presencia por las numerosas intentonas y también porque se acercaba la hora de la verdad y el pelotón era mucho más numeroso de lo que se esperaba. Españoles e italianos seguían su guerra particular haciendo gala de una tranquilidad pasmosa y una disciplina ejemplar, lo que permitió que otros equipos también con grandes rodadores en sus filas, caso de belgas, holandeses y suizos principalmente, pasaran a un primer plano por algunos momentos, pero sin lograr aprovecharse de ese marcaje, en un principio Bettini-Freire. Fue a mitad de la última vuelta cuando el pelotón despertaba definitivamente de su letargo. Se formaba un grupo de media docena de corredores, con el italiano Paolo Bettini, el holandés Michael Boogerd, el danés Bo Hamburger, el suizo Oscar Camenzind, el belga Peter Van Petengem y el español Igor Astarloa.

Fue la escapada buena y la del mundial, pues hasta entonces poco que destacar debido a ese bloqueo, especialmente de los italianos, que al final se vieron sorprendidos por el poderío de los españoles, mucho más astutos, pues supieron esconderse en su trabajo, correr tras la rueda de sus adversarios y jugar un poco la baza del oportunismo de sus líderes, en esta ocasión de Astarloa. El español atacó a falta de media docena de kilómetros para el final, en los primeros desniveles de la subida al último repecho y en un momento de desconcierto de sus compañeros de viaje lograba abrir un hueco una veintena de segundos. Diferencia que fueron más que suficiente para presentarse en solitario en la línea de meta. Para rematar el recital Alejandro Valverde se les colaba a especialistas de la categoría del belga Peter Van Petegem y el italiano Paolo Bettini, actual líder de la Copa del Mundo y gran derrotado en este mundial.

Astarloa, que logra así el triunfo más importante de su carrera, tardó en lograr el oro, en recorrer los 258,3 kilómetros 6 horas, 30 minutos y 19 segundos lo que significa una velocidad media de 40,029 km/h. A una docena de segundos llegó el pelotón principal comandado por Alejandro Valverde que ponía la guinda a esa exhibición de los españoles en el tramo final de la carrera. El bronce fue para el belga Van Petengem.

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