El Estudiantes cumple en su debut en la ULEB mientras Madrid, Joventut, Auna y Etosa se estrellan

 

El Estudiantes ha iniciado con buen pie su andadura en la Copa ULEB al lograr una importante y clara victoria en la cancha del Makedonikos por 17 puntos de diferencia, superando con nota el examen griego. Desde el primer momento se impuso la calidad estudiantil, aunque los helenos nunca dieron el partido por perdido. La gran actuación de Patterson (17 puntos y 8 rebotes), unido al gran trabajo de Jiménez, sobre todo en los primeros instantes, fueron una de las claves.

Los jugadores de Pepu Hernández salieron a tope en los primeros minutos, dispuestos a no recaer en fallos de anteriores partidos. Las cuatro derrotas consecutivas en la Liga ACB todavía escuecen a los colegiales y no querían volver a las andadas. Sentadas las bases de la victoria al final del segundo cuarto, Pepu Hernández fue dando entrada paulatina a todos los jugadores del banquillo, ya que los griegos a lo más que llegaron fue a intercambiar canastas sin que en ningún momento tuvieran opción a la victoria.

El último cuarto fue un mero trámite y sólo sirvió para certificar la superioridad española. "Ha sido una victoria importante cimentada en los primeros minutos y en la gran defensa al tiro exterior de los griegos. Patterson ha hecho un gran trabajo en ataque, pero también en nuestra zona, en la que ha desquiciado a los pívots contrarios con sus tapones", declaraba el técnico colegial.

 

 

 

La Copa ULEB también le viene grande al Real Madrid, incluso cuando enfrente encuentra a un rival de medio pelo como el Breil Milán, antaño uno de los grandes y, en la actualidad, fuera del círculo de vanguardia de la canasta continental. Los hermanos pobres de los galácticos han comprobado que su apuesta por el baloncesto adolece de consistencia, al menos de momento, incluso en un torneo al que han llegado por invitación. Es innegable que el palmarés del Milán avala su carisma internacional -tres Copas de Europa, tres de la Saporta, dos Korac y una intercontinental- y también es cierto que dispone de un puñado de buenos jugadores. Pero eso no puede justificar las dificultades blancas. Nadie sabe todavía el modelo que el argentino Julio César Lamas quiere desarrollar con su equipo.

 

Stojic y Fotsis acapararon la práctica totalidad de los tiros del conjunto blanco en el primer cuarto. Bennett, sometido a un dos contra uno constante por la defensa italiana, ensayó su primer tiro con el triple que materializó la primera ventaja local (18-14). Es decir, que el Real Madrid, el club más laureado del continente, jugaba en su casa a lo que quería el Milán, no a lo que debía para explotar sus virtudes. Esa pequeña escapada dio paso a un parcial de 0-9 (18-23, minuto 14) y a casi cinco minutos de sequía anotadora por parte del Real Madrid. Además, el estadounidense Rod Sellers, baqueteado en la ACB con el Cáceres y el Joventut, dominaba la zona por si aún quedaba algún territorio virgen para el combinado milanés. Lamas intentó liberar a Bennett con la incorporación de Lucas Victoriano, pero ni así. El parcial del segundo corte, maquillado en los dos minutos previos al descanso, resume con claridad la situación: 12-19.

Naumoski, una auténtica ametralladora, de los mejores artilleros europeos de la década, ni siquiera brillaba. No era necesario. El Milán, en conjunto, tampoco. Los italianos desplegaban, simplemente, las nociones básicas que deben regir el funcionamiento de cualquier equipo que se precie de merecer ese nombre y eso les bastaba para dominar el cotarro. A Bennett, después de todo, le correspondió reaparecer a siete minutos y medio de la bocina, con 47-52, para encarnar el papel de salvador tras un tercer cuarto infame de los dos contendientes. El estadounidense constituía la última esperanza para los suyos y lo intentó, igual que Herreros, pero el baloncesto es un deporte colectivo que requiere cierto rigor y fe. En el Madrid, por ahora, rigor el justo y fe, salvo los de siempre, poca.

 

 

 

El DKV Joventut se ha visto sorprendido por el Virtus Bolonia, el más ilustre segunda de Italia, y ha caído en su debut en la competición, superado por los triples del rival. El acierto desde la línea de tres puntos y el dominio italiano en el rebote (Zan Tabak no ha jugado por un problema gástrico) ha sido clave en la victoria boloñesa. El Virtus dejó claro desde un principio que es un equipo de mayor potencial de lo que podría suponerse en un cuadro que está jugando (por quiebra económica) en la segunda división de Italia tanto por juego como por seguimiento.

El conjunto italiano se colocó con un 0-11 nada más empezar (m.4) y la Penya ya fue a remolque todo el partido, porque volvió a repetir algunos de los errores que le han costado varios partidos de la ACB: malos porcentajes de tiro, especialmente en triples (6 de 23), inferioridad en el rebote (34 por 41) y en defensa. No es que el cuadro de Badalona no defienda intensamente, pero la presión que hace en toda la cancha provoca que si el contrario mueve bien el balón y rápido encuentra tiros fáciles (ya pasó con Casademont, Caprabo y Pamesa). El Virtus dominó el marcador en los dos primeros cuartos (14-26, m.10 y 34-41 al descanso) gracias también al acierto de su pareja de aleros americanos: entre Cummings y Smith anotaron 22 de los 41 puntos de su equipo al descanso y los jugadores exteriores verdinegros no sabían cómo pararles.

Las cosas no le salían al DKV y la ansiedad se fue apoderando de sus jugadores, quienes perdieron seis balones en los primeros cuatro minutos del tercer cuarto y tardaron 6 minutos en anotar. La diferencia a favor del conjunto italiano se disparó hasta trece puntos (34-47, m.26), que la Penya pudo reducir a siete al final del periodo (49-56). El DKV nunca perdió la fe en la remontada, pero cada vez que se acercaba en el marcador, el Virtus conseguía un triple (acabaron con 13 de 30) que caía como una losa sobre los jugadores verdinegros, que no tuvieron más remedio que rendirse al final (70-78).

 

 

El Auna Gran Canaria, que ha rozado la sorpresa en la ciudad croata de Zadar, no ha podido debutar con triunfo en la difícil cancha del KK Zadar, que basaba su triunfo en la facilidad para anotar los lanzamientos triples -nueve antes del descanso. El equipo español ha acusado las ausencias del base madrileño Gonzalo Martínez -lesionado- y del alero comunitario Brad Traina -se marchó al Ulker. En el primer cuarto, la iniciativa correspondió al equipo croata, muy espoleado por su afición y efectivo en el lanzamiento -27 puntos, quince de ellos gracias a los triples. El Auna no se amilanó y, con las acciones de Guerra y Goree, se mantuvo en el partido.

El KK Zadar pareció romper el partido con el parcial 37-21, pero en ese momento apareció la muñeca de Jason Klein para acortar distancias con dos triples (39-29). Los anfitriones no se amilanaron la enérgica respuesta de los isleños y con un 47-30 amenazó con sentenciar el choque. Sin embargo, los pupilos de Pedro Martínez despertaron en los momentos previos al descanso y con canastas de Guerra y Klein el marcador volvió a ajustarse: 47-38.

Un Auna Gran Canaria liderado por Goree -18 puntos en el tercer cuarto- se colocó a sólo cuatro puntos en la continuación (51-47). Jacov Vladovic asumió responsabilidades ofensivas y la renta local volvió a las dos cifras (61-51). Una canasta de Guerra -el más activo del Auna- a falta de un minuto y medio dejó el marcador a sólo cinco puntos (66-61), pero en la recta final desequilibró la mayor experiencia continental de los croatas, quienes hicieron buenos los factores cancha y afición.