L D (EFE) España debería haber recurrido a la velocidad, su gran baza, la destreza y habilidad en los rápidos contraataques y así plantarse ante el veterano portero ruso Andrey Lavrov, que se ha resarcido de la infausta faena que cuajó ante los daneses.
Hasta la segunda mitad los españoles no cayeron en la cuenta de como penetrar en el área rusa. No era demasiado tarde, pero el desvelo por recuperarse en el marcador les embarcó en una defensa presionante 4-2 para intentar recuperar balones, lo que produjo un efecto boomerang y los goles entraban bajo los palos de España. Atenazada por la necesidad de una victoria con la que sobrevivir en este Europeo y mantener viva la esperanza a expensas del partido de suecos y daneses, a España se le iba la vida.
La selección se fue al descanso con una desventaja de dos goles (16-14). Llegó con más frescura de ideas para superar la retaguardia rusa de 5-1 al principio con Eduard Koksharov avanzado y Sergey Pogorelov, Alexey Kamanin y Mikhail Chipurín protegiendo los envites de la primera línea. César Argilés mantuvo un ataque fijo con Juan García, Alberto Entrerríos, Jesús Fernández, Mariano Ortega, Fernándo Hernández y Juan Pérez hasta minuto 12:50. Con el encuentro empatado a siete goles, Ion Belaustegui salió a refrescar la línea de fuego como recambio de Ortega. El ten con ten era la tónica en el electrónico y cuatro minutos después España volvió a recomponer el ataque. Se incorporó Demetrio Lozano para dirigir el juego desde el eje central y Rubén Garabaya entró en el pivote.
La segunda exclusión de Juancho Pérez (16:30) descompuso la línea de contención, así como su posibilidad desde el pivote, demasiado pronto. Rusia se empleó en atacar el 6-0 hispano, con el propósito de maniatar a Chipurín, con lanzamientos desde los nueve metros que se internaban con limpieza en la portería de Barrufet. La primera ventaja rusa (12-11) llegó a los 21 minutos y ya no volvió a estar por debajo, logrando la máxima diferencia en este período en el minuto 23 (15-11). En la segunda parte España intentó controlar los lanzamientos exteriores de su rival y Lozano, autor de los dos goles del primera parcial, dio esperanzas.
Sin embargo, los fallos en el ataque volvieron a apresar a España, mientras que el pivote ruso aprovechaba a la perfección los espacios que facilitaba la defensa abierta de los hombres de Argilés. España tampoco acertó a sacar partido de su superioridad numérica en el tercer parcial. Falló hasta tres ocasiones, dos de ellas desde los siete metros que pifiaron Juan García y Fernando Hernández. Los escarceos de apertura al extremo derecho pronto fueron taponados por los rusos, y según iba pasando el tiempo las posibilidades fueron mermando. Las exclusiones de Lozano y Hernández a seis minutos del final acabaron por descomponer a una España cansada y cabizbaja. Al final, seis goles de ventaja para Rusia, y España a seguir esperando carambolas para al menos disputar la séptima plaza siempre que este jueves se imponga a Suecia (18,00 horas).
Hasta la segunda mitad los españoles no cayeron en la cuenta de como penetrar en el área rusa. No era demasiado tarde, pero el desvelo por recuperarse en el marcador les embarcó en una defensa presionante 4-2 para intentar recuperar balones, lo que produjo un efecto boomerang y los goles entraban bajo los palos de España. Atenazada por la necesidad de una victoria con la que sobrevivir en este Europeo y mantener viva la esperanza a expensas del partido de suecos y daneses, a España se le iba la vida.
La selección se fue al descanso con una desventaja de dos goles (16-14). Llegó con más frescura de ideas para superar la retaguardia rusa de 5-1 al principio con Eduard Koksharov avanzado y Sergey Pogorelov, Alexey Kamanin y Mikhail Chipurín protegiendo los envites de la primera línea. César Argilés mantuvo un ataque fijo con Juan García, Alberto Entrerríos, Jesús Fernández, Mariano Ortega, Fernándo Hernández y Juan Pérez hasta minuto 12:50. Con el encuentro empatado a siete goles, Ion Belaustegui salió a refrescar la línea de fuego como recambio de Ortega. El ten con ten era la tónica en el electrónico y cuatro minutos después España volvió a recomponer el ataque. Se incorporó Demetrio Lozano para dirigir el juego desde el eje central y Rubén Garabaya entró en el pivote.
La segunda exclusión de Juancho Pérez (16:30) descompuso la línea de contención, así como su posibilidad desde el pivote, demasiado pronto. Rusia se empleó en atacar el 6-0 hispano, con el propósito de maniatar a Chipurín, con lanzamientos desde los nueve metros que se internaban con limpieza en la portería de Barrufet. La primera ventaja rusa (12-11) llegó a los 21 minutos y ya no volvió a estar por debajo, logrando la máxima diferencia en este período en el minuto 23 (15-11). En la segunda parte España intentó controlar los lanzamientos exteriores de su rival y Lozano, autor de los dos goles del primera parcial, dio esperanzas.
Sin embargo, los fallos en el ataque volvieron a apresar a España, mientras que el pivote ruso aprovechaba a la perfección los espacios que facilitaba la defensa abierta de los hombres de Argilés. España tampoco acertó a sacar partido de su superioridad numérica en el tercer parcial. Falló hasta tres ocasiones, dos de ellas desde los siete metros que pifiaron Juan García y Fernando Hernández. Los escarceos de apertura al extremo derecho pronto fueron taponados por los rusos, y según iba pasando el tiempo las posibilidades fueron mermando. Las exclusiones de Lozano y Hernández a seis minutos del final acabaron por descomponer a una España cansada y cabizbaja. Al final, seis goles de ventaja para Rusia, y España a seguir esperando carambolas para al menos disputar la séptima plaza siempre que este jueves se imponga a Suecia (18,00 horas).