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INAUGURADO EN 1999 TRAS SU RECONSTRUCCIÓN

El Liceo conmemora con un concierto el incendio que hace diez años devastó el teatro

Un concierto con las jóvenes voces que apoyaron durante años con simbólicos recitales en las Ramblas la reconstrucción del Liceo sirve este sábado para recordar en el coliseo operístico el incendio que hace diez años devastó el vetusto teatro, que sólo cinco años después del fatídico día, en 1999, resurgió de sus cenizas.

L D (EFE) Los jóvenes cantantes, acompañados al piano por Viviana Salisi, han interpretado fragmentos de óperas de Rossini, Bizet, Puccini, Verdi, Menotti, Mercadante y Donizetti.

El incendio del Liceo comenzó sobre las 11.00 horas del 31 de enero de 1994 al prender en el telón del escenario una chispa del soplete con el que un operario reparaba el decorado y rápidamente se extendió por todo el teatro por la estructura de madera del techo y de las viejas tramoyas y bambalinas, lo que originó una gran columna de humo visible desde numerosos puntos de la ciudad.

La imagen del día después, tras disiparse la columna de humo que acompañó hasta entrada la noche a las voraces llamas, mostraba el esqueleto calcinado del vetusto Liceo. Allí donde se erguía el patio de butacas y los anfiteatros, aparecía una plaza de toros con gesto de monumento romano, que miraba con decenas de ojos -otrora entrada de los codiciados palcos- el espectro de aquel escenario que pisó Caruso o Renata Tebaldi. Una imagen desoladora y dantesca, pero, al tiempo, romántica.

La obra de Paul Hindemith "Mathis der Mahler" pasó a la historia como la última que fue representada en el teatro lírico barcelonés que se había inaugurado en 1847. El Gran Teatro del Liceo volvió al panorama operístico internacional un 7 de octubre de 1999 con los acordes del "Turandot" de Puccini, en una velada presidida por los Reyes de España, con la que se recuperó el escenario en el que habían cantado Enrico Caruso, María Callas, Montserrat Caballé o Alfredo Kraus.
 
Una polémica reconstrucción

Aquella inauguración dejó atrás cinco años de dudas, polémicas y procesos judiciales, que desembocaron, finalmente, en un acuerdo entre todas las administraciones públicas y la ayuda del patrocinio privado para reconvertir el viejo teatro burgués en el actual moderno teatro público. El malogrado arquitecto Ignasi de Solá-Morales dirigió el proyecto de reconstrucción sobre el mismo solar en el que desde 1847 se había erigido el Liceo, financiado por la burguesía industrial catalana en donde antes se levantaba un convento.

Sobre las cenizas del viejo Liceo se invirtieron cerca de 17.000 millones de las antiguas pesetas -más de 102 millones de euros-, destinados a reproducir casi fielmente la antigua sala del público y, sobre todo, a duplicar el espacio destinado a la caja escénica. La conversión del Liceo en un moderno teatro público ha permitido asimismo que acceda a la ópera público más joven, personas que nunca habrían soñado pisar la platea del teatro de la Rambla ni ver una ópera por 50 euros, o que se haya desacralizado el coliseo con actuaciones como las de la cantante Bjork o la tonadillera Isabel Pantoja.

Ha querido la casualidad que el décimo aniversario del incendio haya coincidido con la representación de una de las óperas malditas del Liceo, "Peter Grimes", que no se llegó a estrenar en tres ocasiones, una de ellas en 1999 a causa del incendio. En la escenografía de esta ópera, el director teatral Lluis Pasqual ha situado precisamente el viejo Liceo quemado.

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