L D ( EFE ) Entre el polvo y rodeada por tres cadáveres, estaba tumbada Yasemin Yapracke, una mujer de 24 años, consciente y con extrema debilidad, que pedía con desesperación agua. "Le mojamos los labios y la boca. Nos daba miedo que ingiriera líquido porque estaba muy débil", explicó Sedar Demirel, jefe de los servicios de rescate
Demirel añadió que se decidieron a excavar en profundidad esa zona gracias al testimonio de Mohamet Kalem, el joven que el domingo fue rescatado, también de forma milagrosa. Kalem a quien su familia ya le había preparado una tumba, proporcionó información sobre otras personas que se encontraban, como él, en la planta baja del edificio desplomado.
Tras siete horas de laborioso trabajo, los bomberos quitaron los cascotes y los cuerpos que aprisionaban las piernas de Yasemin, que fue introducida en una ambulancia y trasladada a un hospital donde tenía preparada una cama desde que se conoció la buena nueva. "Fue detectada gracias a los aparatos electrónicos y a los perros que rastrean. Además, escuchamos una voz que decía 'agua, agua'", dijo Demirel a la cadena de televisión turca NTV.
Los miembros de los equipos de socorro, que recibieron a la mujer con gritos de euforia a primera hora de la madrugada, aplaudieron emocionados cuando Yasemin entró en la ambulancia. El ánimo de la chica mejoró aún más tras hablar por teléfono con su marido, Hidir, quien le comunicó que su hija de dos años y medio también se había salvado
Hidir explicó después a la televisión local que ambos trataban de escapar cuando el edificio comenzó a desplomarse, pero que mientras que él pudo salir, su esposa quedó rezagada. "Yo lancé a la niña por la ventana y salí corriendo. Yasemin venía detrás. Nunca perdí la esperanza de volver a ver a mi mujer con vida", agregó.
El director del hospital Numune de Konya, Ryza Saribabci, aseguró que el estado de la mujer "en general no es bueno. Tiene heridas que le sangran bajo la piel y principio de gangrena". Los once pisos del lujoso edificio de la avenida Kirkuk de Konya se desplomaron el pasado lunes a las 20.30 hora local, y de acuerdo a fuentes oficiales 144 personas vivían en los 37 apartamentos del inmueble. Según las primeras valoraciones de los bomberos, el edificio se vino abajo por la deficiente calidad del hormigón utilizado, que tenía mucha arena y poco cemento.
Los constructores del edificio, Vedat Kaya e Ismail Canlier, fueron detenidos por la policía el pasado miércoles y presentados a un tribunal de Konya, aunque se cree que el proceso contra ellos tendrá lugar en otra provincia distinta para protegerlos de los enfurecidos habitantes. Hasta el momento se han encontrado 80 cadáveres, los tres últimos esta misma madrugada junto a Yasemin. Otras 29 personas, incluida la mujer rescatada este lunes, han sido sacadas con vida, mientras que al menos otras 20 se encuentran desaparecidas, según datos de la agencia oficial de noticias local Anatolia.