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El encarcelamiento de internautas chinos se extiende a los defensores de la Iglesia Católica

El régimen comunista de Pequín continúa la represión contra quienes le critican en Internet. El último caso conocido es la detención de un técnico en informática que escribió en la Red textos en apoyo a la prohibida y clandestina Iglesia Católica. La dictadura china sólo permite la Iglesia Patriótica de China, controlada por el Estado y sin vínculos con El Vaticano.

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L D (EFE) El detenido, Zhang Shengqi, técnico en informática, fue arrestado el mes pasado durante una redada en casa de su novia acusado de filtrar secretos de Estado, según un comunicado de la asociación "China Aid", con sede en Estados Unidos.
 
Zhang fue enviado a una prisión en la ciudad oriental de Hangzhou, provincia de Zhejiang (este), donde otros dos activistas religiosos fueron detenidos Las autoridades no han confirmado la detención y una trabajadora de la comisaría de la localidad, que se identificó como Liu, dijo no saber nada sobre el caso. Zhang podría ser sospechoso de colaborar con el activista cristiano Liu Fenggang para publicar información en Internet sobre la campaña contra la Iglesia Católica en Hangzhou. Liu fue detenido también en esa ciudad el pasado 13 de octubre por investigar la destrucción de iglesias cristianas en la zona por parte de las autoridades.
 
Según el Centro de Información para los Derechos Humanos, con sede en Hong Kong, al menos diez iglesias cristianas fueron demolidas en Hangzhou desde el pasado mes de julio. En los últimos meses, en especial desde la celebración del plenario anual del Partido Comunista Chino (PPCh) en octubre, las detenciones de disidentes religiosos se han intensificado. Ese mismo mes, las autoridades detuvieron a siete activistas religiosos y políticos, unos días después a doce sacerdotes de la Iglesia Católica y derribaron una iglesia en la provincia central de Hebei.
 
La Constitución de China, contempla una teórica libertad de culto, pero persigue toda actividad religiosa que tenga lugar fuera de la Iglesia Patriótica de China, una institución controlada por el Estado y sin vínculos con El Vaticano, con el que China rompió relaciones en 1957. Según la Santa Sede, unos diez millones de fieles pertenecen a la Iglesia Católica clandestina, mientras que la Iglesia Patriótica Católica contaría, según las cifras oficiales del régimen comunista, con cinco millones de practicantes.

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