LD (EFE) Decenas de personas se han acercado al lugar del accidente para
consultar las listas con los nombres de los 309 fallecidos, que ya han sido identificados.
La tragedia comenzó a las 10:45 de la mañana hora local (9:15 hora española) cuando el tren, que arrastraba 51 vagones, algunos cargados con sulfatos, diesel, gasolina y algodón, esperaba para partir en la estación de Abu Muslim, cercana a Neishbour, a unos 600 kilómetros al noroeste de Teherán.
De repente, una deflagración, de naturaleza desconocida, en uno de los vagones, puso en marcha todo el convoy, que impelido por la onda expansiva se desplazó por la vía sin control hasta descarrilar en Jayyan, la siguiente estación. En una primera explicación, IRNA informó que la detonación sucedió casi al tiempo que se registraba un terremoto de grado medio en la provincia de Jorasán, con epicentro cercano a la frontera con Afganistán y Turkmenistán.
Algunas fuentes oficiales apostaron por la posibilidad de que el movimiento sísmico fuera la causa primera de la explosión, razón que desecharon científicos adscritos al Instituto Sismológico de Teherán. Equipos de bomberos y de protección civil llegaron de inmediato al lugar de los hechos para tratar de controlar el tren y apagar el fuego, momento en el que se desató la parte más trágica del siniestro
Las llamas se propagaron a toda velocidad por los 48 vagones, lo que causó una segunda y fortísima explosión que rompió los cristales de casas que se encontraban a unos 10 kilómetros a la redonda.