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El asesinato del hincha del Dépor pudo deberse a causas extradeportivas

Las Fuerzas de Seguridad investigan si la muerte de Manuel Ríos, el seguidor del Deportivo fallecido al término de un partido que enfrentaba a su equipo ante el Compostela, pudo deberse a causas extradeportivas, informaron fuentes de la investigación. El asesinato de su novia ha abierto nuevas hipótesis sobre el caso.

L D (EFE) De confirmarse esta hipótesis se daría un vuelco importante en la investigación pues, desde un primer momento, las pesquisas se centraron en que la agresión que acabó con la vida del aficionado se había producido por motivos deportivos.

Estas fuentes aseguran, no obstante, que por el momento se desconoce el móvil de la muerte de Clara Castro -novia del aficionado asesinada este miércoles- y que no se descarta ninguna de las líneas de investigación abiertas, entre ellas la conexión de ambos crímenes por motivos de drogas.

Manuel Ríos falleció el pasado 7 de octubre, después de ser agredido por un grupo de jóvenes radicales del "Riazor Blues", cuando salió supuestamente en defensa de un menor al que estaban pegando por llevar una camiseta del equipo contrario. Al identificarse como seguidor deportivista, sus agresores dejaron de pegarle y le dejaron tirado en el suelo, en las inmediaciones del estadio San Lázaro, en Santiago de Compostela, pero poco tiempo después falleció.
Una patada le reventó el bazo

La autopsia realizada en el Hospital Clínico de Santiago reveló posteriormente que Manuel Ríos, de 31 años, había fallecido a causa de una patada que le reventó el bazo, en lugar del hígado como en un principio se pensaba. Los investigadores tomaron declaración a varias personas relacionadas con el caso y, poco tiempo después, se personó ante los Juzgados de Santiago, Gabriel Rodríguez, la única persona que permanece detenida en relación con este suceso.

Ahora, el asesinato de Clara Castro, cuatro meses después de la muerte de su novio, Manuel Ríos, ha llevado a las fuerzas de seguridad a replantear la investigación y profundizar en el entorno de las drogas, al que presuntamente estaban vinculadas las víctimas. Clara Castro, de 38 años, que fue enterrada este viernes en el cementerio del lugar de Feáns (A Coruña), falleció el pasado miércoles en su domicilio de la localidad coruñesa de Cambre tras recibir dos puñaladas.
 
La muerte de Clara Castro

La mujer fue enterrada a pesar del deseo de la familia de que fuese incinerada, ante la posibilidad de que se deban practicar nuevas pruebas. Los vecinos de la joven, que vivía sola desde la muerte de su compañero sentimental, alertaron el pasado miércoles a la Guardia Civil de que habían escuchado gritos en el piso de la víctima, por lo que agentes del cuerpo se personaron en el lugar.

Al no nadie contestar en el piso, y no disponer de una orden judicial, los agentes se marcharon hasta que volvieron a recibir otra llamada de los vecinos, a los que les extrañó que, en esta segunda ocasión, la puerta de Clara Castro estuviera abierta. Por este motivo, accedieron a la casa, en compañía de un vecino, que actuó como testigo, y encontraron a la joven, que presentaba dos heridas de arma blanca, tirada en el suelo de la habitación, al lado de la cama, y envuelta en un charco de sangre.

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