L D (EFE) La Jefatura Superior de Policía de Cataluña ha informado, en un comunicado, que el detenido es Ersoy T., de 35 años y con domicilio en el Paseo Sant Joan de Barcelona, y que carece de antecedentes penales.
La detención se ha producido después de que el hombre ingresara el pasado sábado hacia las 14:00 horas en el hospital Clínico con un bebé de seis meses que ya estaba muerto y que, en una primera exploración médica, se comprobó que contaba con hematomas y cicatrices en cabeza y extremidades, y una quemadura de cigarrillo en una pierna. La autopsia que se le practicó después reveló que su muerte fue causada por la combinación de asfixia y dos fracturas craneales.
El detenido, cocinero de profesión y que llevaba un año y medio en Barcelona, según ha declarado a la policía, ha negado haber golpeado al bebé y en los interrogatorios policiales ha mantenido que lo encontró ya muerto cuando se despertó el sábado por la mañana.
La policía ha interrogado también a la madre del bebé, que regresó este domingo a Barcelona de un viaje a Inglaterra, y a la abuela materna del niño, que estaba pasando unos días con su yerno para ayudarle a cuidar al pequeño, aunque de momento se descarta la implicación de ambas en la muerte.
La detención se ha producido después de que el hombre ingresara el pasado sábado hacia las 14:00 horas en el hospital Clínico con un bebé de seis meses que ya estaba muerto y que, en una primera exploración médica, se comprobó que contaba con hematomas y cicatrices en cabeza y extremidades, y una quemadura de cigarrillo en una pierna. La autopsia que se le practicó después reveló que su muerte fue causada por la combinación de asfixia y dos fracturas craneales.
El detenido, cocinero de profesión y que llevaba un año y medio en Barcelona, según ha declarado a la policía, ha negado haber golpeado al bebé y en los interrogatorios policiales ha mantenido que lo encontró ya muerto cuando se despertó el sábado por la mañana.
La policía ha interrogado también a la madre del bebé, que regresó este domingo a Barcelona de un viaje a Inglaterra, y a la abuela materna del niño, que estaba pasando unos días con su yerno para ayudarle a cuidar al pequeño, aunque de momento se descarta la implicación de ambas en la muerte.
Los vecinos del edificio, en el que vivía con su compañera el británico acusado de asesinar a su hijo de seis meses, han asegurado haber oído gritar y llorar al niño en numerosas ocasiones, aunque ninguno de ellos sospechó nunca que el pequeño pudiera ser víctima de malos tratos.