L D (EFE) "Durante las conversaciones se ha abierto la ventana a nuevas visiones que asegurarán el futuro de los árabes", dijo el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Mohamed Benaisa, presidente de turno del Consejo Ministerial.
Benaisa, que dirigió un discurso a la prensa acompañado del secretario general de la Liga Arabe, Amro Musa, sin embargo rehusó facilitar el contenido del plan de reforma.
"Vinimos con una misión común que ha quedado plasmada en un documento y que pasará a ser tema de discusión de los líderes árabes durante la próxima cumbre árabe", explicó el jefe de la diplomacia marroquí. "No vamos a revelar el contenido del texto hasta que sea aprobado por los líderes árabes. Este documento versa sobre las futuras reformas de Oriente Medio", aseguró Benaisa.
No obstante, el diario egipcio Al Ahram, controlado por el Gobierno, publicó el pasado lunes, día de inicio de la reunión, un artículo en el que avanzaba los nueve puntos principales de la reforma. Una de las propuestas es la creación de un Parlamento Panárabe, que quedaría asistido por un Consejo de la misma naturaleza encargado de cuestiones relativas a la Seguridad en los países de la organización.
Además, los líderes árabes podrían discutir la redacción de unos estatutos que conduzcan a la formación del Tribunal Panárabe de Justicia, que se encargue de los grandes delitos en la región. En cuanto a las reformas económicas que la Liga Arabe podría introducir, se cita un acta que afiance la cooperación económica árabe común, un Consejo Económico Social, y la fundación del Banco Panárabe para el Desarrollo y la Inversión.
La estructura interna de la propia organización sería modernizada con un nuevo sistema para la adopción de resoluciones comunes en el seno de la Liga Arabe, y la creación de un departamento encargado de vigilar el cumplimiento de lo acordado. Por último, se apostaría por un novedoso Consejo Supremo para la Cultura Arabe. Junto a este paquete de reformas, los jefes de Estado de la Liga abordarán el próximo 29 de marzo en Túnez el plan que promueve EEUU para la "democratización" de lo que George W. Bush definió como "el gran Oriente Medio".
Las deliberaciones de los ministros de Exteriores árabes pusieron de relieve, una vez más, las diferencias que separan a los países de la zona respecto a las ideas de Washington en la región. Países como Kuwait y Qatar han pedido a sus colegas que no se opongan al plan de EEUU antes de conocer su contenido, que la Casa Blanca tiene previsto revelar con más detalle en la cumbre del G-8. "No nos vamos a oponer a los planes de EEUU antes de estudiar la propuesta", dijo el ministro de Exteriores qatarí, Seij Yassim bin Hamad al Zani.