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Se evapora el temor en Francia a un ataque terrorista en su red ferroviaria

Durante las últimas horas, alrededor de 10.000 empleados de la empresa nacional de ferrocarriles de Francia (SNCF) han buscado minuciosamente unas supuestas bombas colocadas por un autodenominado grupo terrorista, que se hacía llamar "AZF". Los empleados no han encontrado nada, mientras que las autoridades siguen a oscuras sobre los chantajistas y preocupadas por las amenazas, así como por la ruptura de contactos con estos individuos desconocidos.

L D (EFE) La empresa nacional de ferrocarriles ha informado de que la inspección visual de los 32.000 kilómetros de la red emprendida por 10.000 empleados el miércoles, cuando se hizo público el chantaje terrorista de AZF, no ha revelado "ninguna anomalía".
 
Sin embargo, la SNCF mantiene una mayor vigilancia en toda la red, además de medidas especiales de seguridad en instalaciones "sensibles" correspondientes al nivel de alerta "naranja" del plan antiterrorista "Vigipirate".
 
La SNCF precisó que "al termino de la inspección" de la red, que incluyó una revisión nocturna "paso a paso" de 12.000 kilómetros de vías, "ninguna anomalía ha sido señalada por los equipos". Agregó que los trenes circulan con normalidad, no hay anulaciones ni aplazamientos, y que los usuarios no manifiestan una inquietud "particular".
 
Los hechos tal como se han divulgado
 
En cartas enviadas a las autoridades franceses desde mediados de diciembre y reveladas este miércoles, un grupo autodenominado AZF afirmó que había colocado unas diez bombas en la red ferroviaria francesa programadas para explotar en fechas predeterminadas, si el Estado no le paga un rescate de cuatro millones de dólares y un millón de euros.
 
El pasado día 21, y siguiendo las indicaciones de AZF, la Policía encontró y neutralizó una bomba de nitrato y fuel, equipada con un temporizador y un detonador, en una vía del tren París-Toulouse. El artefacto explosivo "estaba enterrado a unos 30 centímetros de profundidad sin que nada en el balasto mostrara ningún indicio de que estaba enterrado en ese lugar", ha dicho Claude Guéant, director de gabinete del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy.
 
Se considera que el grupo informó de la presencia de la bomba para mostrar la seriedad de sus amenazas posteriores. Pero desde que el pasado lunes se frustró la entrega del rescate exigido por los chantajistas, al parecer por un error de localización, se ha roto el contacto que el Ministerio del Interior mantenía con el grupo a través de la sección de anuncios breves del diario Libération, a sugerencia de AZF, desde mediados de febrero.
 
Roto el hilo del que se podía tirar
 
También hubo tres contactos telefónicos, hechos por una mujer, pero la divulgación de las amenazas "ha roto la esperanza" de resolver el asunto "en el marco" en que estaba encarrilado, según el director de gabinete de Sarkozy. Este miércoles, en contra de la petición de confidencialidad que Interior había formulado a los medios de comunicación, un diario regional del sur de Francia decidió destapar la historia, que de inmediato se convirtió en primera plana.
 
En una entrevista a la emisora "RTL", Guéant lamentó no haber podido disponer de "24 o 48 horas" adicionales de confidencialidad. "Quizás se reanude el contacto" con los chantajistas. "Lo espero, pero hoy ya no lo tenemos. Teníamos un hilo, hacía falta un poco más de tiempo para tirar de él", lamentó. Sobre el grupo AZF, Guéant añadió que, en las cartas recibidas, algunas palabras pueden indicar "sentimientos anarquistas", pero ahora crece la impresión de que "se trata más bien de gente que quiere dinero".
 
"No querían que sus amenazas se hicieran públicas. Quizás sea gente que utiliza procedimientos terroristas para ganar de golpe mucho dinero", conjeturó el alto funcionario. Para el ministro de Justicia, Dominique Perben, se trata probablemente de una "canallada", pero peligrosa. "Ciertos elementos técnicos hacen pensar que puede tratarse de personas lo bastante peligrosas para que tomemos muy en serio este asunto", afirmó.
 
Con los servicios de seguridad totalmente movilizados, los investigadores buscan en las cartas y en el artefacto explosivo descubierto pistas sobre quienes pueden ser los chantajistas. El carácter perfeccionado de la bomba artesanal hace pensar en una persona con formación militar y también apuntan en esa dirección las coordenadas geográficas por GPS dadas por el grupo. El nombre AZF es el de la fábrica petroquímica de Toulouse que estalló en septiembre de 2001 y causó la muerte de 30 personas.

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