L D (EFE) Los comicios fueron convocados por el Gobierno saliente —del socialista Yorgos Papandreu— para favorecer las negociaciones para una solución al conflicto de Chipre. Hasta el otoño 2005, Grecia afronta la posibilidad de encontrarse en un continuo tránsito electoral, con las generales de este domingo y las del Parlamento Europeo previstas para junio y otras dos en el horizonte que dependerán de la fuerza del partido victorioso de la primera cita.
La elección presidencial prevista para la primavera de 2005, que se celebra en el seno del Legislativo, requiere una mayoría de 180 escaños de un total de 300 escaños. Si el partido que sale en segundo lugar este domingo obtiene un mínimo de 121 escaños en el Parlamento, obligará al partido vencedor a buscar la colaboración de terceros partidos para completar los 180 escaños necesarios para elegir presidente en 2005.
Si no lo consigue, según la Constitución griega, se disuelve el Parlamento y se convocan a nuevas elecciones legislativas en las que ya sólo se requerirán 151 escaños para elegir al presidente, algo que está asegurado por la ley electoral, que favorece al partido más votado con esa cifra de escaños como mínimo.
Los pronósticos de los analistas sobre el porcentaje de victoria del partido vencedor de las elecciones de mañana —sea cual sea— asigna solamente una estrecha ventaja sobre el segundo partido, tal leve que no le permitirá controlar la elección presidencial y evitar nuevos comicios legislativos. El reparto de los escaños en el Parlamento dependerá del porcentaje del primer partido, y de la mayor o menor presencia de terceros partidos en el Parlamento.
La elección presidencial prevista para la primavera de 2005, que se celebra en el seno del Legislativo, requiere una mayoría de 180 escaños de un total de 300 escaños. Si el partido que sale en segundo lugar este domingo obtiene un mínimo de 121 escaños en el Parlamento, obligará al partido vencedor a buscar la colaboración de terceros partidos para completar los 180 escaños necesarios para elegir presidente en 2005.
Si no lo consigue, según la Constitución griega, se disuelve el Parlamento y se convocan a nuevas elecciones legislativas en las que ya sólo se requerirán 151 escaños para elegir al presidente, algo que está asegurado por la ley electoral, que favorece al partido más votado con esa cifra de escaños como mínimo.
Los pronósticos de los analistas sobre el porcentaje de victoria del partido vencedor de las elecciones de mañana —sea cual sea— asigna solamente una estrecha ventaja sobre el segundo partido, tal leve que no le permitirá controlar la elección presidencial y evitar nuevos comicios legislativos. El reparto de los escaños en el Parlamento dependerá del porcentaje del primer partido, y de la mayor o menor presencia de terceros partidos en el Parlamento.