L D (EFE) "Actuar o ser modelo me divierte, pero mi verdadero amor es el tenis", dice la ex número uno del mundo.
Williams señala que en los últimos meses ha librado "una batalla con los médicos" para que éstos le permitieran competir. Pero, por el contrario, siempre la aconsejaron que retrasase el regreso, ante el riesgo de una recaída. "Ojalá pudiera jugar hoy mismo. No pienso en otra cosa", subraya.
La jugadora ganó en 2003 el Abierto de Australia y el torneo de Wimbledon y llevaba una marca de 38 victorias y tres derrotas cuando decidió pasar por el quirófano, al intensificarse los dolores que padecía en la rodilla izquierda. Williams prevé a partir de ahora una temporada cargada de citas. Después de Cayo Vizcaíno quiere jugar en Amelia Island y Hilton Head, además de la Copa Federación contra Eslovenia en abril y, ya más adelante, los Juegos Olímpicos de Atenas. "Me encantaría ganar una medalla de oro individual", comenta.
Entre sus objetivos inmediatos figura recuperar cuanto antes el número uno mundial, que ahora ocupa la belga Justine Henin-Hardenne. "No quiero ver otro número al lado de mi nombre", afirma la menor de las hermanas Williams.
Williams señala que en los últimos meses ha librado "una batalla con los médicos" para que éstos le permitieran competir. Pero, por el contrario, siempre la aconsejaron que retrasase el regreso, ante el riesgo de una recaída. "Ojalá pudiera jugar hoy mismo. No pienso en otra cosa", subraya.
La jugadora ganó en 2003 el Abierto de Australia y el torneo de Wimbledon y llevaba una marca de 38 victorias y tres derrotas cuando decidió pasar por el quirófano, al intensificarse los dolores que padecía en la rodilla izquierda. Williams prevé a partir de ahora una temporada cargada de citas. Después de Cayo Vizcaíno quiere jugar en Amelia Island y Hilton Head, además de la Copa Federación contra Eslovenia en abril y, ya más adelante, los Juegos Olímpicos de Atenas. "Me encantaría ganar una medalla de oro individual", comenta.
Entre sus objetivos inmediatos figura recuperar cuanto antes el número uno mundial, que ahora ocupa la belga Justine Henin-Hardenne. "No quiero ver otro número al lado de mi nombre", afirma la menor de las hermanas Williams.