L D (EFE) Montes señaló que en España "se está maximizando el fenómeno de la deslocalización", puesto que, en realidad, los grandes cierres de plantas o áreas de negocio de compañías en Europa a penas han afectado a este país.
En su opinión, el mismo proceso de deslocalización que se puede acusar ahora en España fue el que a partir de finales de los años cincuenta atrajo a este país mucha carga de trabajo. Por tanto, ese fenómeno es responsable, en parte, "de todo el bienestar económico que tenemos ahora en España", con un crecimiento del 2,4 por ciento durante el año pasado, déficit cero, reducción del paro y bajos tipos de interés, detalló Montes. Para el presidente de Siemens, es lógico que ahora otros países se beneficien de esta oportunidad de desarrollo, por lo que la deslocalización de las empresas es "un movimiento mucho más solidario de lo que creemos".
Además, Montes se preguntó que, "si no somos capaces de ayudar a los países del tercer mundo, ¿a quién vamos a vender nuestros productos en el futuro?". Por otra parte, apuntó que España ya no es un país de mano de obra barata y que la sociedad tiene una preparación mucho más elevada que la de hace unos años, por lo que hay que atraer a las empresas con una oferta de mucho más valor añadido que la de los años sesenta.
Preguntado por el papel de los inmigrantes en el ámbito empresarial español, el presidente de Siemens señaló que la inmigración es el primer resultado de la globalización y que es muy positiva para las economías. "La cuestión no es la inmigración sino la integración", según Montes, quien aseguró que las empresas deben contratar a su personal únicamente en función de su preparación y no de cualquier otro criterio.
En su opinión, el mismo proceso de deslocalización que se puede acusar ahora en España fue el que a partir de finales de los años cincuenta atrajo a este país mucha carga de trabajo. Por tanto, ese fenómeno es responsable, en parte, "de todo el bienestar económico que tenemos ahora en España", con un crecimiento del 2,4 por ciento durante el año pasado, déficit cero, reducción del paro y bajos tipos de interés, detalló Montes. Para el presidente de Siemens, es lógico que ahora otros países se beneficien de esta oportunidad de desarrollo, por lo que la deslocalización de las empresas es "un movimiento mucho más solidario de lo que creemos".
Además, Montes se preguntó que, "si no somos capaces de ayudar a los países del tercer mundo, ¿a quién vamos a vender nuestros productos en el futuro?". Por otra parte, apuntó que España ya no es un país de mano de obra barata y que la sociedad tiene una preparación mucho más elevada que la de hace unos años, por lo que hay que atraer a las empresas con una oferta de mucho más valor añadido que la de los años sesenta.
Preguntado por el papel de los inmigrantes en el ámbito empresarial español, el presidente de Siemens señaló que la inmigración es el primer resultado de la globalización y que es muy positiva para las economías. "La cuestión no es la inmigración sino la integración", según Montes, quien aseguró que las empresas deben contratar a su personal únicamente en función de su preparación y no de cualquier otro criterio.