L D (EFE) El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, invitó este miércoles al líder de la oposición, Artur Mas, al viaje institucional que tiene previsto realizar a Marruecos en las próximas semanas.
En la sesión de control al ejecutivo catalán, Maragall ha confirmado que ha pospuesto su visita a Marruecos, prevista para finales de este mes, para "ceder el paso" al nuevo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su voluntad de que Marruecos sea su primer viaje al extranjero. Es, de hecho, uno de los pilares de su política exterior ay así lo expresó en la campaña electoral.
Maragall ha enmarcado la invitación a Mas dentro del nuevo estatus del dirigente convergente como jefe de la oposición –cargo creado por decreto– y "en representación de los grupos parlamentarios". La reacción de Mas –que tendrá tratamiento protocolario exclusivo, atribuciones específicas y hasta sueldo aunque haya renunciado a ello– ha sido similar a la que ofreció cuando se enteró "por la prensa" de su nombramiento. Se lo pensará. Eso sí, aprovecha para criticar a Maragall. En esta ocasión, lo que le reprocha es precisamente que ceda el paso a Zapatero. Eso es síntoma, según Mas, de que la Generalitat "carece de un modelo propio de política exterior".
De hecho, según Mas, el modelo de Maragall "en política exterior pasa por el modelo del Estado". En definitiva, considera el presidente de la Generalitat no tenía que haber pospuesto el viaje, sino que debía aprovechar el mismo para hacer una "función previa" y facilitar el viaje del presidente del Gobierno central. Mas se ha dirigido a Maragall y le ha dicho: "Le reclamo y le exijo una política exterior propia de la Generalitat porque coordinación no quiere decir supeditación ni subordinación" al Estado.
Mas ha reprochado a Maragall el cierre de la Delegación de la Generalitat en Casablanca y ha denunciado que "hay empresas catalanas que no pueden utilizar las oficinas que se han cerrado y deben utilizar los mecanismos anteriores de forma paralela". Según fuentes de la federación, existen empresas catalanas que siguen utilizando al ex delegado de la Generalitat en Casablanca, Angel Colom, como mediador ante las instancias gubernamentales para resolver sus problemas ante el gobierno alauí.
Sobre esta cuestión, Maragall ha recordado el funcionamiento del COPCA, la oficina de la Generalitat de comercio exterior, y ha justificado el cierre de la delegación que dirigía Colom alegando que "no tenemos los mejores informes" sobre su trabajo.
En la sesión de control al ejecutivo catalán, Maragall ha confirmado que ha pospuesto su visita a Marruecos, prevista para finales de este mes, para "ceder el paso" al nuevo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su voluntad de que Marruecos sea su primer viaje al extranjero. Es, de hecho, uno de los pilares de su política exterior ay así lo expresó en la campaña electoral.
Maragall ha enmarcado la invitación a Mas dentro del nuevo estatus del dirigente convergente como jefe de la oposición –cargo creado por decreto– y "en representación de los grupos parlamentarios". La reacción de Mas –que tendrá tratamiento protocolario exclusivo, atribuciones específicas y hasta sueldo aunque haya renunciado a ello– ha sido similar a la que ofreció cuando se enteró "por la prensa" de su nombramiento. Se lo pensará. Eso sí, aprovecha para criticar a Maragall. En esta ocasión, lo que le reprocha es precisamente que ceda el paso a Zapatero. Eso es síntoma, según Mas, de que la Generalitat "carece de un modelo propio de política exterior".
De hecho, según Mas, el modelo de Maragall "en política exterior pasa por el modelo del Estado". En definitiva, considera el presidente de la Generalitat no tenía que haber pospuesto el viaje, sino que debía aprovechar el mismo para hacer una "función previa" y facilitar el viaje del presidente del Gobierno central. Mas se ha dirigido a Maragall y le ha dicho: "Le reclamo y le exijo una política exterior propia de la Generalitat porque coordinación no quiere decir supeditación ni subordinación" al Estado.
Mas ha reprochado a Maragall el cierre de la Delegación de la Generalitat en Casablanca y ha denunciado que "hay empresas catalanas que no pueden utilizar las oficinas que se han cerrado y deben utilizar los mecanismos anteriores de forma paralela". Según fuentes de la federación, existen empresas catalanas que siguen utilizando al ex delegado de la Generalitat en Casablanca, Angel Colom, como mediador ante las instancias gubernamentales para resolver sus problemas ante el gobierno alauí.
Sobre esta cuestión, Maragall ha recordado el funcionamiento del COPCA, la oficina de la Generalitat de comercio exterior, y ha justificado el cierre de la delegación que dirigía Colom alegando que "no tenemos los mejores informes" sobre su trabajo.