L D (EFE) Si en la víspera más de 20.000 aficionados acudieron a la capilla ardiente instalada en la sala de honor del estadio, este domingo el Calderón mostró una buena entrada, con unos 50.000 seguidores dispuestos a homenajear al que probablemente haya el sido el dirigente más popular del club. Su ausencia se notó, sobre todo, en un palco en el que nadie quiso situarse en la fila cero. Tan solo hubo una corona de flores en el lugar que ocupaba en su última etapa, a la derecha del presidente, Enrique Cerezo.
Durante el minuto de silencio previo al partido sonó el "Himno a los caídos" que ya se escuchó en el estadio como homenaje a las víctimas del 11 de marzo, mientras que en ambos videomarcadores se mostraba una fotografía de Jesús Gil. Mientras, el Frente Atlético desplegaba una gran pancarta con un dibujo de su rostro y otra negra con el lema: Jesús Gil DEP. A ese minuto de silencio le siguió otro con una cerrada ovación, con todos los aficionados puestos en pie aplaudiendo, sin gritos, ni lemas. Con el máximo respeto.
No fue el único homenaje, ya que el Frente Atlético convirtió una lluvia de papelitos al comienzo del segundo tiempo en un recuerdo al presidente, con el que mantuvo una relación de amor y odio, bajo el lema "un papelito por cada latido".
Durante el minuto de silencio previo al partido sonó el "Himno a los caídos" que ya se escuchó en el estadio como homenaje a las víctimas del 11 de marzo, mientras que en ambos videomarcadores se mostraba una fotografía de Jesús Gil. Mientras, el Frente Atlético desplegaba una gran pancarta con un dibujo de su rostro y otra negra con el lema: Jesús Gil DEP. A ese minuto de silencio le siguió otro con una cerrada ovación, con todos los aficionados puestos en pie aplaudiendo, sin gritos, ni lemas. Con el máximo respeto.
No fue el único homenaje, ya que el Frente Atlético convirtió una lluvia de papelitos al comienzo del segundo tiempo en un recuerdo al presidente, con el que mantuvo una relación de amor y odio, bajo el lema "un papelito por cada latido".