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Las CCAA y los ayuntamientos cerraron 2003 con un déficit del 0,5 por ciento del PIB

Un informe de la Fundación de las Cajas de Ahorro Confederadas (Funcas) señala que las comunidades autónomas y los ayuntamientos cerraron sus cuentas públicas el pasado año con un déficit del 0,5 por ciento del Producto Interior Bruto, lo que supone un incremento de casi dos décimas respecto al cierre de 2002, en el que registraron un déficit del 0,34 por ciento del PIB.

Un informe de la Fundación de las Cajas de Ahorro Confederadas (Funcas) señala que las comunidades autónomas y los ayuntamientos cerraron sus cuentas públicas el pasado año con un déficit del 0,5 por ciento del Producto Interior Bruto, lo que supone un incremento de casi dos décimas respecto al cierre de 2002, en el que registraron un déficit del 0,34 por ciento del PIB.
L D (Agencias) Funcas señala que es muy probable que el pasado año los gobiernos autonómicos ampliaran el déficit registrado en 2002 debido, principalmente, a los últimos traspasos de competencias de educación y sanidad, que llevan parejo un aumento notable de los gastos en dichos servicios en los primeros años de ejercicio de las competencias.
 
De cumplirse esta estimación, el conjunto de las administraciones públicas habría cerrado en 2003 sus cuentas en una situación de equilibrio presupuestario, ya que las previsiones del Gobierno es que el Estado (-0,4 por ciento del PIB) y la Seguridad Social (+0,9 por ciento) cierren este ejercicio con un superávit del 0,5 por ciento del PIB, que se compensará con el déficit en esta misma cuantía de las comunidades autónomas y entes locales.
 
Superávit público del 0,2 por ciento
 
Sin embargo, Funcas estima que la Administración Central (Estado y Seguridad Social) cerró el pasado año con un superávit del 0,7 por ciento del PIB. De ser así, las administraciones públicas habrían registrado un superávit del 0,2 por ciento del PIB, en lugar del equilibrio presupuestario que prevé el Gobierno. 
 
En cualquier caso, comunidades autónomas y ayuntamientos están obligados, al igual que el Gobierno central, a mantener sus cuentas en situación de equilibrio o superávit, de acuerdo con la Ley de Estabilidad Presupuestaria que entró en vigor el pasado año, por lo que las regiones y entes locales que presenten déficits tendrán la obligación de aprobar un plan económico y financiero para salir del mismo.
 
Este año también habrá superávit
 
De cara a 2004, Funcas recuerda que los Presupuestos de este año prevén la consecución del déficit cero en la Administración Central como consecuencia de un déficit del Estado del 0,4 por ciento del PIB, que se compensará con un superávit de la misma cuantía en la Seguridad Social. Sin embargo, las cajas consideran que estas cifras parecen "alejadas" de una previsión "razonable" teniendo en cuenta que 2003 se ha podido cerrar con un superávit de la Administración Central del 0,7 por ciento del PIB.
 
En este sentido, el organismo financiero afirma que el nivel de ingresos parece "infraestimado", ya que el crecimiento del 6,6 por ciento podría quedarse corto a la vista de las previsiones de empleo y de los salarios y, además, parace evidente que los ingresos de 2004 serán superiores a los de 2003. Por ello, Funcas prevé que las administraciones centrales mantengan este año un superávit cercano al 0,7 por ciento del PIB.
 
Para las administraciones territoriales (comunidades y ayuntamientos), estima un déficit del 0,4 por ciento del PIB en 2004, con lo que el conjunto de las administraciones públicas (Estado, comunidades y entes locales) acabarían el año con un superávit del 0,3 por ciento del PIB. Funcas señala que el proceso de contención del déficit público en los últimos años se debe a la importante reducción del gasto público acometida por el Gobierno y, en concreto, apunta que algo más de la mitad de la caída del déficit entre 1995 y 2003 se debe a la actuación discrecional de la política fiscal, mientras que el resto es consecuencia de la disminución de los intereses y, en menor medida, del efecto cíclico.
 
Contención del gasto
 
No obstante, indica que este proceso no ha sido homogéneo, ya que en 1996 y 1997 la reducción del déficit se debió, sobre todo, a la caída de los gastos por la necesidad de pasar el examen de Maastricht para la integración de España en la Unión Monetaria, mientras que entre 1998 y 2000 la política fiscal se relaja, justo cuando la economía española se encontraba en la fase de máxima expansión.
 
El último período, entre 2001 y 2003, la reducción del déficit no ha venido por el lado de la caída de los gastos estructurales, que han crecido 0,15 puntos del PIB, sino por el aumento de 1,35 puntos de los ingresos. Funcas afirma que esta mayor recaudación es consecuencia de la actuación discrecional de las administraciones públicas al establecer nuevas tasas o aumentar las ya existentes, pero asegura que se debe sobre todo a los efectos de la inflación sobre los impuestos progresivos y al afloramiento de la economía sumergida, como se deduce de los crecimiento de los ingresos por IVA y otros impuestos indirectos.

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