L D (EFE) El futuro de Roberto Carlos se ha convertido en un enfrentamiento entre el brasileño y la directiva, en el que las dos partes intercambian elogios y buenas palabras en público, pero no concretan un acuerdo de renovación en privado, con la sombra del Chelsea planeando sobre el Bernabéu.
Al eterno problema de Roberto Carlos, siempre un escalón económico por debajo a Raúl González, Luis Figo, Ronaldo y David Beckham, se ha unido la intención del lateral de blindar su final de carrera con un último contrato de cuatro años de duración.
En los planes iniciales de la directiva no entra una renovación de tanta duración y el presidente, Florentino Pérez, aprovechaba la rueda de prensa en la que convocó elecciones, destituyó a Carlos Queiroz, anunciaba a José Antonio Camacho y presentó a Walter Samuel, para además acordarse de Roberto Carlos. "En este momento la negociación para renovar a Roberto Carlos no está en ningún punto. Hemos manifestado en varias ocasiones que nuestro deseo es que acabe su contrato en el Real Madrid", afirmaba antes de mandar un mensaje velado. "Si el Chelsea quiere a algún jugador del Real Madrid que lo ponga por escrito, que realice una oferta y la estudiaremos. No queremos dudosos en el Real Madrid, los que se queden deben de ser entusiastas", manifestaba.
Horas antes y tras consumarse la quinta derrota consecutiva del equipo, Roberto Carlos realizaba unos gestos sintomáticos hacia la grada, regalando su camiseta y diciendo adiós con las manos, aunque posteriormente dejaba clara su intención de continuar. "Yo quiero quedarme en el Real Madrid y creo que en los próximos 20 días arreglaré mi situación. El año que viene estoy aquí, seguro. Me voy de vacaciones y cuando el club quiera me llamará y yo vendré a hablar. Llegaré a Brasil el martes por la noche, mi abogado llamara al Club, y el me arreglará la situación", decía.
Este intercambio de declaraciones se inició en las pasadas navidades. La directiva cerraba de un plumazo las renovaciones de Raúl González, Michel Salgado y José María Gutiérrez Guti , pero no se acordaba de Roberto Carlos, a quien le queda un año de contrato, y que avisaba por entonces, "no tengo prisa por renovar, es mi último contrato y quiero que sea el mejor de toda mi carrera deportiva". Jorge Valdano, director general deportivo, respondía marcando la intención de la directiva: "Nuestro deseo es que se retire en el Real Madrid".
Llegó la renovación de Ronaldo Nazario, los primeros contactos con Roberto Carlos y el primer enfriamiento. El 3 de marzo el jugador brasileño emplazaba a la directiva a final de temporada para negociar: "Voy a esperar a terminar la temporada, no quiero hablar de mi contrato ahora. La última vez que fui a hablar, la gente creyó que sólo me interesaba el dinero y no el fútbol. Mi primera opción es quedarme", admitía. El interés del Chelsea del multimillonario Roman Abramovich enciende la luz de alerta en la casa blanca. Valdano negocia directamente con Roberto Carlos en el vuelo que dirige al equipo a la concentración de La Manga, en la que el jugador tranquiliza al madridismo: "Sigo queriendo acabar mi carrera en el Real Madrid".
Los dos últimos meses repletos de derrotas vuelven a enfriar unas negociaciones que Roberto Carlos llevará en persona tras romper con sus representantes, y encomendarse a un abogado que escuchará la oferta del Real Madrid y no desatenderá la llamada del Chelsea. Tras ocho temporadas de blanco el futuro del extranjero que más encuentros ha disputado como madridista, más de 400, está en el aire.
Al eterno problema de Roberto Carlos, siempre un escalón económico por debajo a Raúl González, Luis Figo, Ronaldo y David Beckham, se ha unido la intención del lateral de blindar su final de carrera con un último contrato de cuatro años de duración.
En los planes iniciales de la directiva no entra una renovación de tanta duración y el presidente, Florentino Pérez, aprovechaba la rueda de prensa en la que convocó elecciones, destituyó a Carlos Queiroz, anunciaba a José Antonio Camacho y presentó a Walter Samuel, para además acordarse de Roberto Carlos. "En este momento la negociación para renovar a Roberto Carlos no está en ningún punto. Hemos manifestado en varias ocasiones que nuestro deseo es que acabe su contrato en el Real Madrid", afirmaba antes de mandar un mensaje velado. "Si el Chelsea quiere a algún jugador del Real Madrid que lo ponga por escrito, que realice una oferta y la estudiaremos. No queremos dudosos en el Real Madrid, los que se queden deben de ser entusiastas", manifestaba.
Horas antes y tras consumarse la quinta derrota consecutiva del equipo, Roberto Carlos realizaba unos gestos sintomáticos hacia la grada, regalando su camiseta y diciendo adiós con las manos, aunque posteriormente dejaba clara su intención de continuar. "Yo quiero quedarme en el Real Madrid y creo que en los próximos 20 días arreglaré mi situación. El año que viene estoy aquí, seguro. Me voy de vacaciones y cuando el club quiera me llamará y yo vendré a hablar. Llegaré a Brasil el martes por la noche, mi abogado llamara al Club, y el me arreglará la situación", decía.
Este intercambio de declaraciones se inició en las pasadas navidades. La directiva cerraba de un plumazo las renovaciones de Raúl González, Michel Salgado y José María Gutiérrez Guti , pero no se acordaba de Roberto Carlos, a quien le queda un año de contrato, y que avisaba por entonces, "no tengo prisa por renovar, es mi último contrato y quiero que sea el mejor de toda mi carrera deportiva". Jorge Valdano, director general deportivo, respondía marcando la intención de la directiva: "Nuestro deseo es que se retire en el Real Madrid".
Llegó la renovación de Ronaldo Nazario, los primeros contactos con Roberto Carlos y el primer enfriamiento. El 3 de marzo el jugador brasileño emplazaba a la directiva a final de temporada para negociar: "Voy a esperar a terminar la temporada, no quiero hablar de mi contrato ahora. La última vez que fui a hablar, la gente creyó que sólo me interesaba el dinero y no el fútbol. Mi primera opción es quedarme", admitía. El interés del Chelsea del multimillonario Roman Abramovich enciende la luz de alerta en la casa blanca. Valdano negocia directamente con Roberto Carlos en el vuelo que dirige al equipo a la concentración de La Manga, en la que el jugador tranquiliza al madridismo: "Sigo queriendo acabar mi carrera en el Real Madrid".
Los dos últimos meses repletos de derrotas vuelven a enfriar unas negociaciones que Roberto Carlos llevará en persona tras romper con sus representantes, y encomendarse a un abogado que escuchará la oferta del Real Madrid y no desatenderá la llamada del Chelsea. Tras ocho temporadas de blanco el futuro del extranjero que más encuentros ha disputado como madridista, más de 400, está en el aire.