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Gaudio: "Yo no soy galáctico; soy el Valencia"

El argentino Gastón Gaudio ha conseguido por primera vez en su carrera la clasificación para las semifinales de Roland Garros, pero asegura que, a diferencia de los otros jugadores que siguen vivos en el torneo, no se considera "un galáctico", "sino el Valencia".

El argentino Gastón Gaudio ha conseguido por primera vez en su carrera la clasificación para las semifinales de Roland Garros, pero asegura que, a diferencia de los otros jugadores que siguen vivos en el torneo, no se considera "un galáctico", "sino el Valencia".
L D (EFE) "Todavía no soy un supercrack . Ellos son galácticos como el Real Madrid, y yo soy el Valencia, pero también me conformo con ganar un título", afirma este hijo de una gallega y de un descendiente de italianos que vive el mejor momento de su carrera.

Los "galácticos" de los que habla Gaudio son sus compatriotas Guillermo Coria y David Nalbandián y el británico Tim Henman, los otros tres semifinalistas, jugadores mejor colocados en la clasificación y que tienen más experiencia en partidos de alto nivel. Gaudio se mostraba "sorprendentemente" relajado y confesaba que ni siquiera él sabe cómo pudo dominar los nervios en el partido de cuartos de final, en la pista Philippe Chatrier, contra el australiano Lleyton Hewitt, ex número uno del mundo y duodécimo favorito en París. "Incluso pude disfrutar en la Central ante tanta gente", confesaba.

El Gato , como le llaman sus amigos, fue el único cuartofinalista de París que no era cabeza de serie y, sin embargo, ha puesto su grano de arena en el festival argentino que se vive estos días en la capital francesa. "Ellos tienen un talento increíble y por eso están entre los diez mejores del mundo. Son capaces de hacer cosas que los demás no podemos hacer, ellos están un escalón más arriba y luego venimos los demás", explica.

Gaudio recuerda ahora que la asociación argentina de tenis ayudó en sus inicios a Coria y Nalbandián, mientras que él y a los otros jugadores argentinos -Juan Ignacio Chela, Mariano Zabaleta, Guillermo Cañas y Agustín Calleri- tuvieron que buscarse la vida. "Pero aquello es pasado. Entonces no niego que sufrimos mucho, porque había problemas de dinero y te tenías que quedar un mes en Europa para ahorrar un billete. Son pequeñas cosas que te hacían sufrir", afirma. "Ahora -prosigue- eso ya no tiene tanta importancia, hemos pasado esa etapa y todos tenemos la posibilidad de organizar nuestra temporada como queramos", explica.

No repara en alabanzas hacia su rival, Nalbandián, del que dice que es "el jugador más completo del circuito" y atraviesa "un gran momento de forma". Reconoce que se habría reído si alguien le hubiera dicho que disputaría las semifinales de París, donde su objetivo era "estar vivo la segunda semana", lo que es sinónimo de octavos de final. Pese a la modestia, Gaudio no renuncia a luchar por "el sueño que tenía de niño" que era ganar Roland Garros, el mismo que tienen todos los argentinos, que, como confiesa el bonaerense "han nacido en polvo de ladrillo y viven del recuerdo del triunfo de (Guillermo) Vilas" en 1977.

Para el Gato levantar la Copa de los Mosqueteros tendría un premio sorpresa añadido, ya que eso le convertiría en un top-ten , al darle los puntos necesarios para situarse entre los diez mejores del mundo, junto a otros dos compatriotas, Coria y Nalbandián. "Entrar entre los diez primeros es otra de mis metas, algo que hasta ahora me ha costado porque nunca había jugado una temporada completa", dice. Y es que uno de los secretos del éxito de Gaudio reside en que ha acabado con la irregularidad de pasadas temporadas, en las que al final de cada partido que perdía le decía a su entrenador que no iba a "seguir en esto", que "no merecía la pena tanto sufrimiento". Trabaja con un psicólogo para afrontar la vida con optimismo, porque, afirma, "no se puede estar bien en la cancha si no se está bien fuera de ella". "Y yo ahora estoy bien, estoy disfrutando del tenis, porque fuera lo estoy pasando bien", concluyó.

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