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El régimen de Pekín quiere convertir a todos los internautas chinos en agentes de la dictadura

El Gobierno chino ha anunciado a través de la prensa oficial nuevas regulaciones para aumentar el control y la censura sobre Internet, que afectarán a chats y foros de opinión. Entre las nuevas medidas se encuentra una clásica de todos los regímenes totalitarios: fomentar la delación por parte de los ciudadanos. Así, el régimen comunista premiará la denuncia pública de contenidos considerados "antipatrióticos".

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L D (EFE) Las nuevas normas promulgadas establecen un aumento del control de contenidos en los chats y los boletines de opinión a través de Internet (BBS), y limitará la transmisión de información "sobre supersticiones, erotismo o aquella que pueda amenazar a la seguridad nacional".
 
"Es necesario purificar el contenido de la Red por el bien del crecimiento sano de nuestros jóvenes", destaca la nota de la agencia oficial Xinhua en la que se informa de los nuevos reglamentos. La regulación también establece que la ciudadanía "será movilizada para la supervisión de contenidos en Internet", por lo que se premiará la denuncia pública de contenidos "antipatrióticos", algo muy frecuente en el régimen chino desde los tiempos de la Revolución Cultural. Con tal fin, la semana pasada se lanzó un sitio web gubernamental llamado "Centro de Reporte de Contenidos Dañinos", en la que cualquier ciudadano puede entrar y denunciar cualquier sitio de la Red que considere contrario a la ley.
 
También se intensificará la represión de los cibercafés, emprendida con la excusa de la muerte de 25 jóvenes en el incendio declarado en junio de 2002 en uno de esos establecimientos, que carecía de los permisos necesarios. En los últimos tres meses China ha clausurado 16.000 cibercafés y ha prohibido la concesión de licencias para nuevos establecimientos de este tipo.
 
La campaña de control de Internet, que Pekín desarrolla desde hace varios años "contra la mala influencia que puede causar en los jóvenes", persigue en realidad, según grupos pro derechos humanos, acabar con la propagación de ideas políticas contrarias a la del Partido Comunista. De acuerdo con la agencia oficial Xinhua, los principios que deben regir en Internet son "patriotismo, respeto de la ley, justicia y respetabilidad", un lenguaje retórico en el que se da a entender que no hay sitio para la protesta o la disidencia en la Red.
 
China es el segundo país con más internautas del mundo, 80 millones, pero los ciudadanos no tienen acceso a páginas web de la disidencia o aquellas que desde el extranjero tratan temas delicados para la política china (Taiwán, Tíbet, Xinjiang, derechos humanos, Tiananmen...). La organización Reporteros Sin Fronteras, a cuya web tampoco se puede acceder desde China, denuncia la detención en los últimos años de al menos 54 periodistas y ciudadanos que publicaron en Internet artículos críticos con el Gobierno de Pekín, los llamados "ciberdisidentes".
 
Según Amnistía Internacional (AI), grandes multinacionales informáticas como Microsoft, Nortel o Cisco han ayudado tecnológicamente al Gobierno chino para aumentar el control de Internet a través de los llamados "firewalls", barreras que impiden el acceso a ciertas páginas web.
 
En marzo de este año, el Partido Comunista Chino y el Gobierno del país anunciaron el inicio de una campaña para "mejorar" los valores morales de sus 329 millones de habitantes menores de edad, que según destacaron "sufren los negativos efectos de la deshonestidad, la superstición y la pornografía". En el marco de esta campaña, el control sobre los contenidos de Internet es uno de los principales frentes

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