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LAS AGRESORAS HABÍAN HUIDO DE UN CENTRO DE MENORES

La quiosquera de Elche que fue apuñalada por dos adolescentes exige que se cambie la Ley del Menor

Ana María Rubio, la dueña del quiosco de Elche que sufrió una brutal agresión el pasado sábado por parte de dos adolescentes que habían entrado a robar en su establecimiento, ha pedido este martes el cambio de la actual Ley del Menor para que las agresoras cumplan las penas. Según la víctima, las chicas, de 15 y 17 años, le propinaron diez puñaladas porque no estaban conformes con el botín obtenido.

L D (EFE) Los hechos ocurrieron en torno a las 17:30 horas en un quiosco ubicado en la calle de Antonio García Cayuela de Elche, cuando las dos chicas, que se habían fugado de un centro de menores de Yecla, en Murcia, irrumpieron en el interior del comercio. "Una de ellas me dijo que iba a comprar 'dentaduras' (un tipo de golosinas) y de pronto oí que bajan la persiana, me volví y dije 'qué pasa', y al decirlo la chica que estaba pidiendo las golosinas me puso un cuchillo en el cuello y me dijo que no me moviera, que me rajaba, y que le diera lo de la caja", relató este martes a Efe la víctima.
 
De acuerdo con su versión, las menores no estaban conformes con el botín obtenido -se llevaron 80 euros y varias cajas de chicles-, por lo que entraron a la trastienda y registraron el bolso de la mujer y distintas estanterías. "Les dije que abrieran las persianas, que yo no iba a chillar ni me iba a mover, pero por favor que se fueran. Entonces, la más alta me dijo: 'sí que me voy, pero antes te remataré", explicó Ana María Rubio, quien agregó que a continuación comenzaron a herirla con el cuchillo y unas tijeras.
 
Finalmente, un joven que pasaba por la acera acompañado por su novia escuchó ruidos en el interior del quiosco y abrió la persiana, momento que aprovecharon las supuestas agresoras para salir huyendo. Agentes de la Policía Local las detuvieron poco después en la cafetería de una calle próxima, mientras que la agredida fue atendida en el Hospital General de Elche, donde recibió el alta, ya que las heridas eran superficiales. . “Estoy llena de sangre, pero sé que vivo, y menos mal que no estaban aquí mis hijos”, pensó la víctima cuando se marcharon las delincuentes.

La quiosquera expresó su indignación por lo sucedido y su deseo de que se modifique la actual Ley del Menor."¿Entonces qué?”, se quejó, “ yo aquí con un montón de puñaladas y ellas dentro de dos días a la calle, porque está así la Ley del Menor, que les defiende. Yo soy madre, tengo una hija de 9 años y si hace algo así, a mí me dolerá mucho, pero que cumpla (la sanción correspondiente), porque no hay derecho"

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