L D (EFE) Hasta el 18 de julio del año pasado, se habían quemado en España 31.900 hectáreas de superficie forestal, de ellas 17.977 de matorral y monte abierto, 7.842,8 de bosque y 6.080 de pastos y dehesas, con 5 grandes incendios (más de 500 hectáreas), 3.271 mayores de una hectárea y 5.184 conatos (menos de una hectárea). Este año, solo en una semana, la que va entre el 11 de julio y el 18 de julio, se han quemado 4.117 hectáreas y, hasta el 18 de julio de 2004, ya ha habido 4 grandes incendios, 3.978 mayores de una hectárea y 8.335 conatos.
Aunque ese número dobla, por ejemplo, al de hectáreas quemadas en el mismo periodo de 1996 (19.775), está lejos del que se considera el peor año del decenio, 1994. Entonces la superficie forestal quemada fue, también entre enero y el 18 de julio, de 302.636 hectáreas, 188.209,6 de ellas de superficie arbolada, 100.008 de matorral y monte abierto, y 14.418 de pastos y dehesas. Fueron 44 grandes incendios, es decir, con más de 500 hectáreas quemadas y hubo otros 3.589 en los que la superficie del incendio fue de más de 1 hectárea. El año acabó cerrándose con 437.202 hectáreas quemadas en incendios, a causa de los cuales murieron 30 personas, 23 en la extinción del fuego y 7 al verse atrapadas.
A partir de 1994, las limitaciones a la venta de madera quemada, las trabas a las recalificaciones del suelo, la climatología y la vigilancia hicieron que bajara su número drásticamente, aunque todavía en 1995 -siempre en el mismo periodo de comparación- se quemaron 78.630 hectáreas; 87.969, en 1997 y en 65.874 en 2002.
La media de hectáreas quemadas en este decenio en el periodo comprendido entre el 1 de enero y mediados de julio, es de 75.745, de ellas 29.715 de superficie arbolada y 40.294 de matorral y monte abierto, con 10 grandes incendios, 4.150 mayores de una hectárea y 5.493 conatos
Aunque ese número dobla, por ejemplo, al de hectáreas quemadas en el mismo periodo de 1996 (19.775), está lejos del que se considera el peor año del decenio, 1994. Entonces la superficie forestal quemada fue, también entre enero y el 18 de julio, de 302.636 hectáreas, 188.209,6 de ellas de superficie arbolada, 100.008 de matorral y monte abierto, y 14.418 de pastos y dehesas. Fueron 44 grandes incendios, es decir, con más de 500 hectáreas quemadas y hubo otros 3.589 en los que la superficie del incendio fue de más de 1 hectárea. El año acabó cerrándose con 437.202 hectáreas quemadas en incendios, a causa de los cuales murieron 30 personas, 23 en la extinción del fuego y 7 al verse atrapadas.
A partir de 1994, las limitaciones a la venta de madera quemada, las trabas a las recalificaciones del suelo, la climatología y la vigilancia hicieron que bajara su número drásticamente, aunque todavía en 1995 -siempre en el mismo periodo de comparación- se quemaron 78.630 hectáreas; 87.969, en 1997 y en 65.874 en 2002.
La media de hectáreas quemadas en este decenio en el periodo comprendido entre el 1 de enero y mediados de julio, es de 75.745, de ellas 29.715 de superficie arbolada y 40.294 de matorral y monte abierto, con 10 grandes incendios, 4.150 mayores de una hectárea y 5.493 conatos