L D (EFE) La Reina, que llegaba en la tarde de este jueves a Atenas y en donde permanecerá hasta el domingo, ha seguido con atención y entusiasmo las evoluciones de los nadadores españoles, a los que saludaba desde la tribuna.
Han acompañado a la Reina, en los graderíos del pabellón cubierto de natación su hermana, Irene de Grecia; así como José María Arroyo, presidente del Comité Paralímpico Español, y el teniente general José Cabrera, secretario de la soberana española. Posteriormente, Doña Sofía se desplazaba al Estadio Olímpico de la capital griega, próximo a las instalaciones de Natación, donde ha seguido la participación de los deportistas paralímpicos españoles.
En el coliseo olímpico ateniense, doña Sofía saludó al deportista Santiago Sanz, que obtuvo la medalla de plata -su segundo trofeo en lo que va de competición- en la prueba de los 1.500 metros en silla de ruedas. La sexta jornada de competición ha sido una de las más parcas en la consecución de medallas, con dos metales en natación -y ya van veinticuatro- y otros tantos en atletismo, lo que sitúa al medallero español en 37 preseas.
Los nadadores Miguel Luque y Vicente Gil, en los 50 metros braza, abrían el medallero de los deportistas paralímpicos españoles en la sexta jornada de los XX Juegos Paralímpicos, una de las que menos preseas aportó al cómputo general. Luque hizo un crono de 51:27, lo que le dio la medalla de oro, mientras que Gil le secundaba en el podio, a 3.76 segundos. Por su parte el balear Xavi Torres se quedó a sólo 18 centésimas de la medalla de bronce, que se llevó el japonés Hiroshi Karube. En los 200, Pablo Cimadevilla se quedó a un paso de la medalla de bronce, al quedar cuarto, tras el francés Pascal Peinard. La prueba se la adjudicó el chino Junquan He, con récord del mundo paralímpico incluido (3:04.15).
Santiago Sanz dio al medallero paralímpico español la segunda presea de plata. El alicantino, en los 1.500 metros en silla de ruedas (3:49.25) peleó por el oro con el austriaco Thomas Geierspichler que le aventajaba en la línea de meta por sólo 19 centésimas. El atleta de Albatera, que hizo parte de su preparación en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada (Granada), une esta presea a las ya conseguidas en los Juegos de 2000, con un bronce en 800 y una plata en 5.000. La madrileña Rosalía Lázaro se quedó a dos segundos de la bielorrusa Zinkevich, ganadora en salto de longitud (ciegos), lo que le supuso la medalla de plata. Campeona de los Juegos del 2000 y del mundo en el 2003, la saltadora madrileña perdió su récord mundial (5.64) ante la bielorrusa, que estableció una nueva plusmarca mundial paralímpica con 5.66.
Han acompañado a la Reina, en los graderíos del pabellón cubierto de natación su hermana, Irene de Grecia; así como José María Arroyo, presidente del Comité Paralímpico Español, y el teniente general José Cabrera, secretario de la soberana española. Posteriormente, Doña Sofía se desplazaba al Estadio Olímpico de la capital griega, próximo a las instalaciones de Natación, donde ha seguido la participación de los deportistas paralímpicos españoles.
En el coliseo olímpico ateniense, doña Sofía saludó al deportista Santiago Sanz, que obtuvo la medalla de plata -su segundo trofeo en lo que va de competición- en la prueba de los 1.500 metros en silla de ruedas. La sexta jornada de competición ha sido una de las más parcas en la consecución de medallas, con dos metales en natación -y ya van veinticuatro- y otros tantos en atletismo, lo que sitúa al medallero español en 37 preseas.
Los nadadores Miguel Luque y Vicente Gil, en los 50 metros braza, abrían el medallero de los deportistas paralímpicos españoles en la sexta jornada de los XX Juegos Paralímpicos, una de las que menos preseas aportó al cómputo general. Luque hizo un crono de 51:27, lo que le dio la medalla de oro, mientras que Gil le secundaba en el podio, a 3.76 segundos. Por su parte el balear Xavi Torres se quedó a sólo 18 centésimas de la medalla de bronce, que se llevó el japonés Hiroshi Karube. En los 200, Pablo Cimadevilla se quedó a un paso de la medalla de bronce, al quedar cuarto, tras el francés Pascal Peinard. La prueba se la adjudicó el chino Junquan He, con récord del mundo paralímpico incluido (3:04.15).
Santiago Sanz dio al medallero paralímpico español la segunda presea de plata. El alicantino, en los 1.500 metros en silla de ruedas (3:49.25) peleó por el oro con el austriaco Thomas Geierspichler que le aventajaba en la línea de meta por sólo 19 centésimas. El atleta de Albatera, que hizo parte de su preparación en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada (Granada), une esta presea a las ya conseguidas en los Juegos de 2000, con un bronce en 800 y una plata en 5.000. La madrileña Rosalía Lázaro se quedó a dos segundos de la bielorrusa Zinkevich, ganadora en salto de longitud (ciegos), lo que le supuso la medalla de plata. Campeona de los Juegos del 2000 y del mundo en el 2003, la saltadora madrileña perdió su récord mundial (5.64) ante la bielorrusa, que estableció una nueva plusmarca mundial paralímpica con 5.66.