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Blair, ante el Congreso del Partido Laborista: "No puedo disculparme por derrocar a Sadam"

Tony Blair ha pedido unidad a sus correligionarios para conseguir la victoria en las elecciones generales de 2005. Por lo que hace al conflicto de Irak, ha declarado lo que sigue: “Puedo pedir perdón por la información que resultó equivocada (sobre la existencia de armas de destrucción masiva), pero, sinceramente, no puedo disculparme por derrocar a Sadam (Husein). El mundo es un sitio más seguro con Sadam en prisión y no en el poder”.

L D (EFE) El apasionado y elocuente discurso del primer ministro británico ante el congreso anual del Partido Laborista (que se está celebrando en la localidad inglesa de Brighton) se vio interrumpido en dos ocasiones: una, por detractores de la guerra contra el Irak sojuzgado por Sadam Husein; otra, por defensores de la caza del zorro, que se encuentra amenazada por un proyecto de ley.
 
Blair, que fue recibido con tres minutos de aplausos por unos 4.000 laboristas, volvió a defender la intervención en Irak, si bien afirmó que la información que tanto su Gobierno como el resto de la comunidad internacional manejaba sobre los arsenales baazistas contenía graves errores: "Las pruebas de que Sadam (Husein) tenía armas químicas y biológicas resultaron ser erróneas. Lo reconozco y lo acepto. Esas pruebas fueron aceptadas por la comunidad internacional porque Sadam había usado esas armas contra su propio pueblo y contra países vecinos".

"El problema –agregó– es que puedo pedir perdón por la información que resultó equivocada, pero, sinceramente, no puedo disculparme por derrocar a Sadam. El mundo es un sitio más seguro con Sadam en prisión y no en el poder".
 
Un exaltado le acusó de tener "sangre en las manos"
 
El premier dedicó unos minutos de su intervención a transmitir sus condolencias a los familiares de Ken Bigley, el ciudadano británico que permanece secuestrado en Bagdad por el grupo terrorista Monoteísmo y Yihad, cuyo líder es el jefe de Al-Qaeda en Irak, el jordano Abú Musab al Zarqaui.
 
En ese momento un individuo le increpó al grito de: “¡Tienes sangre en las manos!”. La mayoría de los delegados abuchearon al tipo; Blair, por su parte, le replicó de la siguiente manera: “No hay problema. Usted puede protestar. Menos mal que vivimos en una democracia y puede hacerlo".

Tras reconocer que Irak ha “dividido” al país y al Partido Laborista, Blair dijo: "Deberíamos estar unidos en nuestra determinación de apoyar al pueblo iraquí".
 
El jefe del Gobierno recordó que los atentados del 11-S "cambiaron el mundo", y que ahora hay que hacer frente a un “nuevo fenómeno”, un “terrorismo global basado en la perversión de la fe honrada, pacífica y verdadera del islam".
 
A su juicio, los terroristas islámicos “han elegido ese campo de batalla (Irak) porque saben que nuestro éxito no es sólo el de EEUU, el Reino Unido o Irak, sino el de los valores y la forma de vida que representa la democracia".
 
Brown, el mejor ministro de Economía que "jamás ha tenido" Gran Bretaña
 
Por lo que hace a la política nacional, sostuvo que en estos siete años su Gabinete ha mejorado los servicios públicos, reducido el desempleo y fortalecido la economía. "El laborismo funciona. El Reino Unido funciona", sentenció. A continuación pidió unidad a los laboristas para obtener un "histórico tercer mandato", es decir, para vencer en las próximas generales, previstas para la primavera de 2005. "Afrontamos –insistió– la posibilidad única en nuestros cien años de historia de gobernar el Reino Unido por tercer mandato consecutivo. Nadie lo ha hecho nunca".
 
Asimismo, quiso disipar los rumores de distanciamiento con el ministro de Economía, el influyente Gordon Brown, a quien calificó como el "mejor" titular que "jamás ha tenido este país" en esa cartera.

"La lucha vale la pena. Ahora, salgamos a la calle y logrémoslo", concluyó. El auditorio le despidió con una salva de aplausos que se prolongó durante cinco minutos.

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