L D (EFE) En los 39 minutos anteriores el público leridano disfrutó de un gran espectáculo, digno de la puesta de largo de la competición. De entrada, el DKV Joventut sacó partido de la superioridad de sus jugadores interiores desde el inicio y de la mano de Arnold y la dirección de Marco empezó a abrir brecha en el marcador (10-17, m. 6). Enfrente, el Plus Pujol no jugaba cómodo porque sus pívots apenas entraban en juego y sólo los puntos de Nico le mantenían vivo. Sin embargo, las rotaciones de los visitantes sirvieron para que el Lleida empezase a encontrar a sus pívots y consiguiese reducir distancias hasta el 18-21 del final del primer periodo.
En el segundo se mantuvo la tónica de igualdad, aunque los visitantes continuaban mostrándose superiores en el rebote y conseguían ir casi siempre por delante en el marcador (46-50). La irrupción de Nacho Yánez, que anotó 5 de 5 en triples fue determinante para que el Plus Pujol reaccionase y le diese la vuelta al partido (73-64 al final del tercer periodo). En el último y definitivo cuarto, el DKV sacó partido de sus mayores rotaciones y poco a poco fue reduciendo distancias hasta empatar por mediación de Marco cuando faltaba poco más de un minuto para el final. A partir de entonces hubo emoción, errores en ambos bandos y polémica hasta la jugada en la que Hierrezuelo convirtió una recuperación de Comas en una falta personal y el Joventut no perdonó.
En el segundo se mantuvo la tónica de igualdad, aunque los visitantes continuaban mostrándose superiores en el rebote y conseguían ir casi siempre por delante en el marcador (46-50). La irrupción de Nacho Yánez, que anotó 5 de 5 en triples fue determinante para que el Plus Pujol reaccionase y le diese la vuelta al partido (73-64 al final del tercer periodo). En el último y definitivo cuarto, el DKV sacó partido de sus mayores rotaciones y poco a poco fue reduciendo distancias hasta empatar por mediación de Marco cuando faltaba poco más de un minuto para el final. A partir de entonces hubo emoción, errores en ambos bandos y polémica hasta la jugada en la que Hierrezuelo convirtió una recuperación de Comas en una falta personal y el Joventut no perdonó.