L D (EFE) El asturiano, de 23 años, buscará el cajón en un circuito virado, ondulado y con baches en el que la temporada pasada fue tercero, en una carrera espectacular marcada por las lluvias tropicales, que tuvo que suspenderse antes de tiempo debido al accidente del que fue protagonista.
Con los tres primeros puestos del Mundial decididos -el alemán Michael Schumacher, que ganó en Japón su décima tercera carrera del año, es desde Spa (Bélgica), séptuple campeón del mundo; su compañero brasileño Rubens Barrichello acabará segundo y el inglés Jenson Button (BAR-Honda) tercero- y con la segunda plaza por equipos virtualmente decantada a favor de BAR-Honda -en detrimento de Renault-, en Brasil estará en juego, además de la victoria y los puestos de honor, la cuarta posición en el campeonato de pilotos.
Alonso, que suma 54 puntos, intentará defenderla, con seis de ventaja sobre el colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW) y con ocho respecto a su ex compañero italiano Jarno Trulli, ganador en Mónaco y que en Japón debutó a los mandos de un Toyota. Montoya disputará en el Autódromo José Carlos Pace de Sao Paulo -donde se homenajeará al malogrado Ayrton Senna, cuyos restos yacen muy cerca del circuito, en el cementerio de Morumbí- su última carrera con la Williams-BMW: el colombiano, vencedor de tres Grandes Premios- pilotará el año que viene un McLaren-Mercedes, rompiendo de esta forma un matrimonio bastante mal avenido con el alemán Ralf Schumacher, que también deja la escudería y será compañero de Trulli en Toyota la temporada que viene.
Se prevé que en Interlagos haya bastante movimiento en el 'paddock', porque faltan muchos asuntos por cerrar para la próxima temporada y aún puede haber baile de pilotos. En un principio, la música no sonará para Button, que según el Tribunal de Arbitraje de Contratos de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) deberá cumplir su acuerdo con BAR y no pilotará un Williams-BMW, como pretendía, en 2005. El anuncio de que Ford se retira de la Fórmula Uno supuso el fin de la escudería Jaguar -el australiano Mark Webber se irá a Williams-BMW y el austriaco Christian Klien está a la espera de ver si Red Bull mueve o no ficha- y tanto Jordan como Minardi son serias dudas para integrar la formación de salida en el Mundial 2005.
El de Brasil será el primer Gran Premio de F-1 desde 1967 en el que no esté en la formación de salida un piloto francés: Olivier Panis disputó su último Gran Premio hace dos domingos en el circuito japonés de Suzuka y, aunque seguirá vinculado a Toyota como probador, en Interlagos ocupará su puesto el local Ricardo Zonta. Zonta será, en el equipo nipón, compañero de Trulli, al que sustituyó en Renault -de momento con escaso éxito- el canadiense Jacques Villeneuve, campeón del mundo en 1997, año en el que consiguió el último triunfo en Brasil para la marca francesa, que en aquel entonces compartía escudería con Williams.
Renault, que ahora diseña el coche entero, espera encontrar los reglajes adecuados para una pista de 4.309 metros a la que el domingo está previsto se den 71 vueltas, en sentido inverso al movimiento de las manecillas del reloj, algo que hará más dura, si cabe, la prueba. Alonso abrió el Mundial 2004 con un tercer puesto en Melbourne (Australia). Ahora quiere cerrar la temporada, en la que confirmó su lugar entre la elite de la categoría reina del motor, con un nuevo podio. En Interlagos, en casa de Senna. Donde descansa el mito.
Con los tres primeros puestos del Mundial decididos -el alemán Michael Schumacher, que ganó en Japón su décima tercera carrera del año, es desde Spa (Bélgica), séptuple campeón del mundo; su compañero brasileño Rubens Barrichello acabará segundo y el inglés Jenson Button (BAR-Honda) tercero- y con la segunda plaza por equipos virtualmente decantada a favor de BAR-Honda -en detrimento de Renault-, en Brasil estará en juego, además de la victoria y los puestos de honor, la cuarta posición en el campeonato de pilotos.
Alonso, que suma 54 puntos, intentará defenderla, con seis de ventaja sobre el colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW) y con ocho respecto a su ex compañero italiano Jarno Trulli, ganador en Mónaco y que en Japón debutó a los mandos de un Toyota. Montoya disputará en el Autódromo José Carlos Pace de Sao Paulo -donde se homenajeará al malogrado Ayrton Senna, cuyos restos yacen muy cerca del circuito, en el cementerio de Morumbí- su última carrera con la Williams-BMW: el colombiano, vencedor de tres Grandes Premios- pilotará el año que viene un McLaren-Mercedes, rompiendo de esta forma un matrimonio bastante mal avenido con el alemán Ralf Schumacher, que también deja la escudería y será compañero de Trulli en Toyota la temporada que viene.
Se prevé que en Interlagos haya bastante movimiento en el 'paddock', porque faltan muchos asuntos por cerrar para la próxima temporada y aún puede haber baile de pilotos. En un principio, la música no sonará para Button, que según el Tribunal de Arbitraje de Contratos de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) deberá cumplir su acuerdo con BAR y no pilotará un Williams-BMW, como pretendía, en 2005. El anuncio de que Ford se retira de la Fórmula Uno supuso el fin de la escudería Jaguar -el australiano Mark Webber se irá a Williams-BMW y el austriaco Christian Klien está a la espera de ver si Red Bull mueve o no ficha- y tanto Jordan como Minardi son serias dudas para integrar la formación de salida en el Mundial 2005.
El de Brasil será el primer Gran Premio de F-1 desde 1967 en el que no esté en la formación de salida un piloto francés: Olivier Panis disputó su último Gran Premio hace dos domingos en el circuito japonés de Suzuka y, aunque seguirá vinculado a Toyota como probador, en Interlagos ocupará su puesto el local Ricardo Zonta. Zonta será, en el equipo nipón, compañero de Trulli, al que sustituyó en Renault -de momento con escaso éxito- el canadiense Jacques Villeneuve, campeón del mundo en 1997, año en el que consiguió el último triunfo en Brasil para la marca francesa, que en aquel entonces compartía escudería con Williams.
Renault, que ahora diseña el coche entero, espera encontrar los reglajes adecuados para una pista de 4.309 metros a la que el domingo está previsto se den 71 vueltas, en sentido inverso al movimiento de las manecillas del reloj, algo que hará más dura, si cabe, la prueba. Alonso abrió el Mundial 2004 con un tercer puesto en Melbourne (Australia). Ahora quiere cerrar la temporada, en la que confirmó su lugar entre la elite de la categoría reina del motor, con un nuevo podio. En Interlagos, en casa de Senna. Donde descansa el mito.