L D (EFE) El propio entrenador valencianista, Claudio Ranieri, no ha tenido reparos en admitir que la presencia de Vicente facilita tanto el juego de su equipo como incrementa su capacidad goleadora. Los números le dan la razón, si bien el técnico italiano no ha encontrado la fórmula para suplir con un mínimo de éxito la ausencia del jugador de Benicalap.
Ya en los primeros compases de la temporada se comenzó a adivinar esta circunstancia, cuando en la Supercopa de España el Valencia ganaba en Zaragoza (0-1), con gol del propio Vicente, y en la vuelta perdía por 1-3 en Mestalla sin la presencia del jugador valenciano. La primera derrota en la Liga de Campeones se gestó en el encuentro en el que el futbolista se lesionó en su tobillo, ya que cuando Vicente se retiró lesionado el resultado era de empate a uno en Bremen ante el Werder, aunque finalmente se impuso el conjunto germano por 2-1.
En la Liga española, su ausencia se han saldado con un empate a domicilio ante el Betis y una derrota en Mestalla ante el Sevilla, además de la ya mencionada goleada ante el Inter de Milán. Tras el escandaloso marcador sufrida ante el equipo italiano por 1-5, Claudio Ranieri aseguraba en rueda de prensa que el equipo sin Vicente es "previsible", ya que el futbolista valenciano, por su capacidad de desequilibrio atrae más a los defensores rivales, lo que permite disfrutar de más espacios a los delanteros.
El argumento parece lógico y hasta válido, pero el Valencia con una plantilla que a principio de temporada fue calificada como la más completa y potente de su historia, parece que no tiene un sustituto cualificado para Vicente. Sin embargo, esta dependencia tan acusada del extremo zurdo, un mal que parece incurable en el actual Valencia, no era tal la pasada campaña, en la que el equipo no acusó lo más mínimo las ausencias del futbolista valenciano.
Vicente dejó de jugar en el anterior ejercicio en un total de dieciséis encuentros, de los que el Valencia ganó en trece encuentros, entre los que se incluyen las goleadas a domicilio ante el Mallorca (0-5) y al Málaga (1-6), y perdió tan solo tres, dos de los cuales fueron las dos últimas jornadas del campeonato de Liga, intrascendentes para el equipo que ya se había asegurado el título y reservaba fuerzas para jugar la final de la Copa de la UEFA.
El esquema de juego propuesto por el anterior entrenador del equipo, Rafa Benítez, propició que la entrada del uruguayo Fabián Canobbio y Xisco Muñoz por banda izquierda minimizaran las ausencias de Vicente, tal y como demuestran los números. Curiosamente, el uruguayo Canobbio, que cuajó una discreta temporada, fue cedido este año al Celta de Vigo, mientras que Xisco apenas ha disfrutado de minutos esta campaña, ya que Ranieri ha preferido emplear por banda izquierda a dos jugadores diestros como Stefano Fiore y Miguel Angel Angulo. El argumento esgrimido por el técnico es que Xisco "es un delantero centro, que no tiene recorrido por banda como Angulo". Sin embargo, los resultados no corroboran las palabras de Ranieri.
Sin los goles ni las asistencias de Vicente, el Valencia anda perdido y el dato más negativo es que el futbolista no mejora de su esguince de tobillo y podría perderse también los próximos tres compromisos del equipo ante Real Madrid, Lleida (Copa del Rey) y Atlético de Madrid.
Ya en los primeros compases de la temporada se comenzó a adivinar esta circunstancia, cuando en la Supercopa de España el Valencia ganaba en Zaragoza (0-1), con gol del propio Vicente, y en la vuelta perdía por 1-3 en Mestalla sin la presencia del jugador valenciano. La primera derrota en la Liga de Campeones se gestó en el encuentro en el que el futbolista se lesionó en su tobillo, ya que cuando Vicente se retiró lesionado el resultado era de empate a uno en Bremen ante el Werder, aunque finalmente se impuso el conjunto germano por 2-1.
En la Liga española, su ausencia se han saldado con un empate a domicilio ante el Betis y una derrota en Mestalla ante el Sevilla, además de la ya mencionada goleada ante el Inter de Milán. Tras el escandaloso marcador sufrida ante el equipo italiano por 1-5, Claudio Ranieri aseguraba en rueda de prensa que el equipo sin Vicente es "previsible", ya que el futbolista valenciano, por su capacidad de desequilibrio atrae más a los defensores rivales, lo que permite disfrutar de más espacios a los delanteros.
El argumento parece lógico y hasta válido, pero el Valencia con una plantilla que a principio de temporada fue calificada como la más completa y potente de su historia, parece que no tiene un sustituto cualificado para Vicente. Sin embargo, esta dependencia tan acusada del extremo zurdo, un mal que parece incurable en el actual Valencia, no era tal la pasada campaña, en la que el equipo no acusó lo más mínimo las ausencias del futbolista valenciano.
Vicente dejó de jugar en el anterior ejercicio en un total de dieciséis encuentros, de los que el Valencia ganó en trece encuentros, entre los que se incluyen las goleadas a domicilio ante el Mallorca (0-5) y al Málaga (1-6), y perdió tan solo tres, dos de los cuales fueron las dos últimas jornadas del campeonato de Liga, intrascendentes para el equipo que ya se había asegurado el título y reservaba fuerzas para jugar la final de la Copa de la UEFA.
El esquema de juego propuesto por el anterior entrenador del equipo, Rafa Benítez, propició que la entrada del uruguayo Fabián Canobbio y Xisco Muñoz por banda izquierda minimizaran las ausencias de Vicente, tal y como demuestran los números. Curiosamente, el uruguayo Canobbio, que cuajó una discreta temporada, fue cedido este año al Celta de Vigo, mientras que Xisco apenas ha disfrutado de minutos esta campaña, ya que Ranieri ha preferido emplear por banda izquierda a dos jugadores diestros como Stefano Fiore y Miguel Angel Angulo. El argumento esgrimido por el técnico es que Xisco "es un delantero centro, que no tiene recorrido por banda como Angulo". Sin embargo, los resultados no corroboran las palabras de Ranieri.
Sin los goles ni las asistencias de Vicente, el Valencia anda perdido y el dato más negativo es que el futbolista no mejora de su esguince de tobillo y podría perderse también los próximos tres compromisos del equipo ante Real Madrid, Lleida (Copa del Rey) y Atlético de Madrid.