L D (EFE) El consejero de Agricultura, Pedro Rodríguez Zaragoza explicó que, al ser ya tan grande su cantidad, el potencial de destrucción de la langosta es considerable, por lo que en la tarde de este sábado se han puesto en marcha tareas de fumigación en las que participan más de un centenar de efectivos.
Estos operarios forman parte del personal del Gobierno Autónomo, del Cabildo de Lanzarote y de diferentes municipios de la isla y, según recalcó Rodríguez Zaragoza, lucharán contra la plaga desde tierra, a pie o desde tractores, y sin recurrir en ningún caso a fumigaciones aéreas indiscriminadas, que no se creen precisas por ahora y que, además, podrían dañar espacios naturales sensibles.
El tiempo inestable es el que ha propiciado la arribada a la isla de las langostas, arrastradas en grupos por fuertes vientos procedentes del territorio africano, y también ha determinado que lleguen sin fuerzas para comenzar a devorar todo a su paso, como suelen hacer. Este hecho ha minimizado los daños producidos hasta el momento y, además, permitirá en buena medida evitarlos al dejar desprevenidos a los animales, que incluso en muchos casos pueden ser recogidos manualmente antes de que se recuperen, sin que opongan resistencia alguna.
Pedro Rodríguez Zaragoza precisó, en cualquier caso, que la declaración de plaga de langosta, aplicable cuando en un territorio se da una concentración de ejemplares superior a los cincuenta por metro cuadrado, se ciñe sólo a Lanzarote y no afecta a ninguna otra isla de la Comunidad Autónoma.
Estos operarios forman parte del personal del Gobierno Autónomo, del Cabildo de Lanzarote y de diferentes municipios de la isla y, según recalcó Rodríguez Zaragoza, lucharán contra la plaga desde tierra, a pie o desde tractores, y sin recurrir en ningún caso a fumigaciones aéreas indiscriminadas, que no se creen precisas por ahora y que, además, podrían dañar espacios naturales sensibles.
El tiempo inestable es el que ha propiciado la arribada a la isla de las langostas, arrastradas en grupos por fuertes vientos procedentes del territorio africano, y también ha determinado que lleguen sin fuerzas para comenzar a devorar todo a su paso, como suelen hacer. Este hecho ha minimizado los daños producidos hasta el momento y, además, permitirá en buena medida evitarlos al dejar desprevenidos a los animales, que incluso en muchos casos pueden ser recogidos manualmente antes de que se recuperen, sin que opongan resistencia alguna.
Pedro Rodríguez Zaragoza precisó, en cualquier caso, que la declaración de plaga de langosta, aplicable cuando en un territorio se da una concentración de ejemplares superior a los cincuenta por metro cuadrado, se ciñe sólo a Lanzarote y no afecta a ninguna otra isla de la Comunidad Autónoma.