L D (EFE) La OCDE, que prevé un repunte hasta el 3,1% en 2006, subraya en sus "Perspectivas Económicas" que "pese a las turbulencias recientes del precio del petróleo, la economía mundial va a recuperar vigor en un futuro razonablemente próximo" gracias a la inversión en un contexto alentado por el consumo por la reciente baja del petróleo.
El economista jefe de la Organización, Jean-Philippe Cotis, puntualizó los contrastes que existen entre los 30 países miembros. Mientras "el crecimiento mundial debería verse estimulado por las perspectivas favorables" en Norteamérica, "no es tan seguro que la Europa continental sea capaz de aportar su propia contribución con una fuerte recuperación de la demanda interna", advirtió. La previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para la zona euro es del 1,8% para este año (1,6% hace seis meses), del 1,9% para 2005 (frente al 2,4%) y del 2,5% para 2006. Para Estados Unidos, hay una corrección a la baja de las cifras tanto para este año (4,4% frente al 4,7%) como para el próximo (3,3% frente al 3,7%), pero augura una nueva aceleración en 2006 (3,6%).
En el caso de Japón, los autores del informe esperan un comportamiento mucho mejor del estimado hace seis meses para 2004 (4% en lugar del 3%), pero reducen sus expectativas para 2005 (un 2,1% frente al 2,8%), y dejan la cifra de 2006 en el 2,3%. Cotis hace una apuesta "optimista pero razonada" para Europa que debería llegar con una "reactivación significativa" de la demanda interna en 2005-2006, aunque sobre ese escenario planean las amenazas de "una fuerte apreciación del euro" o de "nuevas alzas del precio del petróleo que podrían tener un impacto desproporcionado". Dentro de la zona euro, la organización también distingue entre países "con más dinamismo interno" en 2004, y cita los casos de Francia y España, y otros como Alemania donde la recuperación viene de las exportaciones que compensaron el retroceso del consumo.
La OCDE advierte de que hay riesgos a corto plazo en sus países miembros por las incertidumbres sobre los precios del petróleo, que "podrían seguir elevados o incluso aumentar", y también aludió a una posible caída de los precios inmobiliarios "allí donde están sobre-evaluados". Argumenta que el alza del crudo a precios constantes ha sido "más limitada que los choques petroleros de los años 70", que el impacto sobre los precios ha sido "limitado", que el "club de los países desarrollados" es menos vulnerable por su menor dependencia del oro negro y que la oferta de petróleo potencial está lejos de su nivel de saturación, en particular en la OPEP.
No obstante, Cotis comentó que aunque las proyecciones económicas no dejan entrever consecuencias de magnitud, los modelos no siempre coinciden con la percepción popular, y que "las fluctuaciones del precio del barril están en el centro del debate público y tienen una fuerte influencia sobre el clima de confianza". En cualquier caso, la OCDE cree que se producirá una reducción del precio del petróleo, aunque lenta inicialmente por la incertidumbre geopolítica, pero que cuando se produzca se estabilizará a niveles más elevados de los existentes en los 90.
Otro elemento de alerta del informe se refiere a "la urgencia para actuar" en el terreno presupuestario, ya que en muchos países de la organización los déficit son "elevados y persistentes", y el peso relativo de la deuda pública aumenta". "Mientras las presiones ejercidas por el envejecimiento de la población comienzan a hacerse sentir o se acercan rápidamente, conviene acelerar el saneamiento de las finanzas públicas", afirma. Cotis insistió en que el ahorro privado nunca compensa totalmente una mala situación de las cuentas públicas, ya que depende de circunstancias particulares, y en un mensaje apenas a Estados Unidos añadió que "el objetivo de la política presupuestaria no es agravar las presiones financieras que ya provoca el envejecimiento demográfico".
El economista jefe de la Organización, Jean-Philippe Cotis, puntualizó los contrastes que existen entre los 30 países miembros. Mientras "el crecimiento mundial debería verse estimulado por las perspectivas favorables" en Norteamérica, "no es tan seguro que la Europa continental sea capaz de aportar su propia contribución con una fuerte recuperación de la demanda interna", advirtió. La previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para la zona euro es del 1,8% para este año (1,6% hace seis meses), del 1,9% para 2005 (frente al 2,4%) y del 2,5% para 2006. Para Estados Unidos, hay una corrección a la baja de las cifras tanto para este año (4,4% frente al 4,7%) como para el próximo (3,3% frente al 3,7%), pero augura una nueva aceleración en 2006 (3,6%).
En el caso de Japón, los autores del informe esperan un comportamiento mucho mejor del estimado hace seis meses para 2004 (4% en lugar del 3%), pero reducen sus expectativas para 2005 (un 2,1% frente al 2,8%), y dejan la cifra de 2006 en el 2,3%. Cotis hace una apuesta "optimista pero razonada" para Europa que debería llegar con una "reactivación significativa" de la demanda interna en 2005-2006, aunque sobre ese escenario planean las amenazas de "una fuerte apreciación del euro" o de "nuevas alzas del precio del petróleo que podrían tener un impacto desproporcionado". Dentro de la zona euro, la organización también distingue entre países "con más dinamismo interno" en 2004, y cita los casos de Francia y España, y otros como Alemania donde la recuperación viene de las exportaciones que compensaron el retroceso del consumo.
La OCDE advierte de que hay riesgos a corto plazo en sus países miembros por las incertidumbres sobre los precios del petróleo, que "podrían seguir elevados o incluso aumentar", y también aludió a una posible caída de los precios inmobiliarios "allí donde están sobre-evaluados". Argumenta que el alza del crudo a precios constantes ha sido "más limitada que los choques petroleros de los años 70", que el impacto sobre los precios ha sido "limitado", que el "club de los países desarrollados" es menos vulnerable por su menor dependencia del oro negro y que la oferta de petróleo potencial está lejos de su nivel de saturación, en particular en la OPEP.
No obstante, Cotis comentó que aunque las proyecciones económicas no dejan entrever consecuencias de magnitud, los modelos no siempre coinciden con la percepción popular, y que "las fluctuaciones del precio del barril están en el centro del debate público y tienen una fuerte influencia sobre el clima de confianza". En cualquier caso, la OCDE cree que se producirá una reducción del precio del petróleo, aunque lenta inicialmente por la incertidumbre geopolítica, pero que cuando se produzca se estabilizará a niveles más elevados de los existentes en los 90.
Otro elemento de alerta del informe se refiere a "la urgencia para actuar" en el terreno presupuestario, ya que en muchos países de la organización los déficit son "elevados y persistentes", y el peso relativo de la deuda pública aumenta". "Mientras las presiones ejercidas por el envejecimiento de la población comienzan a hacerse sentir o se acercan rápidamente, conviene acelerar el saneamiento de las finanzas públicas", afirma. Cotis insistió en que el ahorro privado nunca compensa totalmente una mala situación de las cuentas públicas, ya que depende de circunstancias particulares, y en un mensaje apenas a Estados Unidos añadió que "el objetivo de la política presupuestaria no es agravar las presiones financieras que ya provoca el envejecimiento demográfico".