L D (EFE) Según esta medida, que podría se operativa a partir del año próximo, los prefectos de policía podrán impedir cautelarmente a ciertos aficionados que acudan a los estadios y, para ello, podrán obligarles a presentarse en comisarías durante los partidos. "Hay que hacer algo para que el espíritu deportivo, el espíritu del fútbol pueda imponerse en el conjunto del territorio", aseguró Villepin para justificar esta medida.
La prohibición provisional es, según el ministro, una medida más eficaz que la actual prohibición de estadios, una sanción judicial que se pronuncia contra aficionados que han sido condenados por violencia en los estadios. La policía reforzará los medios de infiltración en los grupos "ultra" y los resultados de sus investigaciones les permitirán impedir que aficionados potencialmente violentos puedan acudir a los estadios. El ministro señaló que se establecerá un código deontológico al que deberán acogerse todos los clubes y amenazó con la suspensión de partidos considerados de alto riesgo si no se respetan las normas contenidas en ese código. Además, aseguró que ese "sello de buena conducta" deberá ser también adoptado por las peñas de aficionados.
Villepin calificó de "inaceptable" que sea obligatoria la participación de grupos especiales de la policía para que un jugador puedan lanzar un córner, en referencia a la lluvia de objetos que recibió el ex parisiense Fiorese cuando se dispuso a botar un saque de esquina en el Parque de los Príncipes durante la visita de su nuevo equipo el Olympique de Marsella, eterno rival del París Saint-Germain. Entre las medidas adoptadas no figura la de suspender un partido por actos violentos, como había anunciado el ministro de Deportes. A la reunión asistieron también representantes de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y de algunos clubes, como el PSG, uno de los más afectados por la violencia.
La prohibición provisional es, según el ministro, una medida más eficaz que la actual prohibición de estadios, una sanción judicial que se pronuncia contra aficionados que han sido condenados por violencia en los estadios. La policía reforzará los medios de infiltración en los grupos "ultra" y los resultados de sus investigaciones les permitirán impedir que aficionados potencialmente violentos puedan acudir a los estadios. El ministro señaló que se establecerá un código deontológico al que deberán acogerse todos los clubes y amenazó con la suspensión de partidos considerados de alto riesgo si no se respetan las normas contenidas en ese código. Además, aseguró que ese "sello de buena conducta" deberá ser también adoptado por las peñas de aficionados.
Villepin calificó de "inaceptable" que sea obligatoria la participación de grupos especiales de la policía para que un jugador puedan lanzar un córner, en referencia a la lluvia de objetos que recibió el ex parisiense Fiorese cuando se dispuso a botar un saque de esquina en el Parque de los Príncipes durante la visita de su nuevo equipo el Olympique de Marsella, eterno rival del París Saint-Germain. Entre las medidas adoptadas no figura la de suspender un partido por actos violentos, como había anunciado el ministro de Deportes. A la reunión asistieron también representantes de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y de algunos clubes, como el PSG, uno de los más afectados por la violencia.