L D (EFE) Por primera vez, Pérez Rangel ha declarado voluntariamente ante la titular del juzgado de Instrucción 15 de Barcelona y lo ha hecho para declarar su inocencia, lo que ya había afirmado en alguna ocasión ante los medios de comunicación, asegurando que era víctima de un "montaje político".
A la pregunta de qué hacía en ese párking del Putxet, cuando vivía en el barrio de Horta, y por qué hizo anotaciones de personas y vehículos estacionados en este aparcamiento, Pérez Rangle, según las mismas fuentes, ha respondido que era un "aficionado" a la investigación criminal, como un aprendiz de detective, y un "fisgón". Según consta en la causa, la Policía intervino al sospechoso en su casa listados de seguimientos de usuarios del párking, situado en el número 28 de la calle Bertrán.
El joven de 24 años se apostaba frente al aparcamiento en distintos días y anotaba desde el modelo o color del vehículo que veía entrar hasta las horas de movimiento de los coches y quienes los ocupaban, si era hombre o mujer y si iban solos o acompañados. Según las mismas fuentes, Pérez Rangel no ha implicado a nadie más en el caso y ha dicho que en el mes de enero pasado, en que ocurrieron los hechos, pasó por aquel párking, aunque no recuerda si lo hizo los días de los asesinatos, el 11, en que murió María Angels Ribot, de 49 años, y el 22, en que falleció Maite de Diego, de 46.
En relación con una colilla con su ADN hallada en el aparcamiento, en el que seguía estacionando su moto, el acusado ha reconocido que fumaba aunque le ha restado importancia al hecho al señalar que el establecimiento se limpiaba cada 15 días y es muy posible que se quedase allí desde fechas anteriores a los crímenes. Sobre la huella palmar encontrada en una bolsa de basura colocada sobre una de las víctimas, el joven ha justificado que solía cubrir su moto con una bolsa de basura de plástico y por eso estaba sus huellas impregnadas. Pérez Rangel también ha dicho, como intento de coartada, que pasaba las tardes con una chica rusa a la que había conocido a través de una agencia de contactos.
A la pregunta de qué hacía en ese párking del Putxet, cuando vivía en el barrio de Horta, y por qué hizo anotaciones de personas y vehículos estacionados en este aparcamiento, Pérez Rangle, según las mismas fuentes, ha respondido que era un "aficionado" a la investigación criminal, como un aprendiz de detective, y un "fisgón". Según consta en la causa, la Policía intervino al sospechoso en su casa listados de seguimientos de usuarios del párking, situado en el número 28 de la calle Bertrán.
El joven de 24 años se apostaba frente al aparcamiento en distintos días y anotaba desde el modelo o color del vehículo que veía entrar hasta las horas de movimiento de los coches y quienes los ocupaban, si era hombre o mujer y si iban solos o acompañados. Según las mismas fuentes, Pérez Rangel no ha implicado a nadie más en el caso y ha dicho que en el mes de enero pasado, en que ocurrieron los hechos, pasó por aquel párking, aunque no recuerda si lo hizo los días de los asesinatos, el 11, en que murió María Angels Ribot, de 49 años, y el 22, en que falleció Maite de Diego, de 46.
En relación con una colilla con su ADN hallada en el aparcamiento, en el que seguía estacionando su moto, el acusado ha reconocido que fumaba aunque le ha restado importancia al hecho al señalar que el establecimiento se limpiaba cada 15 días y es muy posible que se quedase allí desde fechas anteriores a los crímenes. Sobre la huella palmar encontrada en una bolsa de basura colocada sobre una de las víctimas, el joven ha justificado que solía cubrir su moto con una bolsa de basura de plástico y por eso estaba sus huellas impregnadas. Pérez Rangel también ha dicho, como intento de coartada, que pasaba las tardes con una chica rusa a la que había conocido a través de una agencia de contactos.