L D (EFE) "Todo indica que se ganará", manifestaba abiertamente Laporta en un discurso optimista, en el que, tras admitir que todavía queda la segunda vuelta de campeonato por disputarse, insiste en que hay "muchas posibilidades" de éxito. Aunque desconoce las claves para asegurarse el triunfo en la Liga, señala a una mejora en el trabajo de todos los estamentos del club, desde su junta a los jugadores y técnicos.
También manifestaba su disposición a fichar a los dos refuerzos solicitados por el entrenador, Frank Rijkaard, al que agradece que no presione a la directiva para acelerar las incorporaciones. Aunque Rijkaard ha declarado su intención de contar con ambos jugadores en la concentración de pretemporada que marcará el regreso al trabajo tras el descanso navideño, Joan Laporta ha explicado que el holandés mantiene ese deseo, pero que tampoco quiere que los futbolistas que lleguen no se adapten a su dinámica de trabajo.
Laporta desvelaba todavía más cuando confirmaba que el primer objetivo es fichar a un delantero goleador y que una pronta recuperación de Gerard López daría tranquilidad a la búsqueda del segundo fichaje, el de un centrocampista. El presidente del Barcelona subraya en todo caso que la plantilla con la que se inició la temporada estaba "equilibrada", pero que las lesiones han obligado a reforzar al equipo en el mercado de invierno.
Joan Laporta felicita a su junta por el trabajo realizado desde su llegada al club, que califica de "innovador", y habla de "proyecto que puede hacer historia" con la llegada de "jugadores que han mejorado la plantilla", entre los que destacó al nuevo mejor futbolista del mundo de la Federación Internacional (FIFA), el brasileño Ronaldinho. Laporta recuerda que el Barcelona apostó con Ronaldinho por un jugador sin más títulos que los obtenidos con su selección e, igualmente, se refirió al técnico Frank Rijkaard como a un entrenador que llegó sin excesiva experiencia y que, ahora, figura a su entender "entre los más cotizados del mundo".
Los enfrentamientos en el seno de la junta, especialmente entre Joan Laporta y el vicepresidente Sandro Rosell, merecieron también un comentario del presidente, quien ha admitido la existencia de lo que denominó "márgenes de confianza en la directiva" que, según su versión, nunca han ido más allá por la existencia de un factor de "amistad". Las secciones también han tenido su apartado en el discurso presidencial, en el que el hockey sobre patines y el balonmano han logrado buena nota, mientras que el baloncesto quedó pendiente del fichaje de un pívot que ya estaba pendiente desde la pretemporada.
También manifestaba su disposición a fichar a los dos refuerzos solicitados por el entrenador, Frank Rijkaard, al que agradece que no presione a la directiva para acelerar las incorporaciones. Aunque Rijkaard ha declarado su intención de contar con ambos jugadores en la concentración de pretemporada que marcará el regreso al trabajo tras el descanso navideño, Joan Laporta ha explicado que el holandés mantiene ese deseo, pero que tampoco quiere que los futbolistas que lleguen no se adapten a su dinámica de trabajo.
Laporta desvelaba todavía más cuando confirmaba que el primer objetivo es fichar a un delantero goleador y que una pronta recuperación de Gerard López daría tranquilidad a la búsqueda del segundo fichaje, el de un centrocampista. El presidente del Barcelona subraya en todo caso que la plantilla con la que se inició la temporada estaba "equilibrada", pero que las lesiones han obligado a reforzar al equipo en el mercado de invierno.
Joan Laporta felicita a su junta por el trabajo realizado desde su llegada al club, que califica de "innovador", y habla de "proyecto que puede hacer historia" con la llegada de "jugadores que han mejorado la plantilla", entre los que destacó al nuevo mejor futbolista del mundo de la Federación Internacional (FIFA), el brasileño Ronaldinho. Laporta recuerda que el Barcelona apostó con Ronaldinho por un jugador sin más títulos que los obtenidos con su selección e, igualmente, se refirió al técnico Frank Rijkaard como a un entrenador que llegó sin excesiva experiencia y que, ahora, figura a su entender "entre los más cotizados del mundo".
Los enfrentamientos en el seno de la junta, especialmente entre Joan Laporta y el vicepresidente Sandro Rosell, merecieron también un comentario del presidente, quien ha admitido la existencia de lo que denominó "márgenes de confianza en la directiva" que, según su versión, nunca han ido más allá por la existencia de un factor de "amistad". Las secciones también han tenido su apartado en el discurso presidencial, en el que el hockey sobre patines y el balonmano han logrado buena nota, mientras que el baloncesto quedó pendiente del fichaje de un pívot que ya estaba pendiente desde la pretemporada.