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El desinterés y la comicidad marcan la campaña electoral en Croacia

La atmósfera que se vive en Croacia ante las cuartas elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo domingo está marcada por una fuerte comicidad, tanto que algunos comentaristas hablan de una "invasión de payasos políticos". El hecho de que la campaña se desarrolle en plenas navidades y la convicción de que el actual presidente Stjepan Mesic será reelegido, marcan este clima de ligereza en la ex república yugoslava.

L D (EFE) A Mesic, el candidato del centro-izquierda, tanto le gusta bromear que sus asesores han ordenado reprimir sus impulsos durante la campaña para no repeler a los que tienen la necesidad de ser conducidos por una figura seria y autoritaria.

El actual presidente, calificado como el "Clark Gable croata", ha contribuido esencialmente a la europeización del país y es el político más popular de los últimos años, pero sus comentarios chispeantes se salen del protocolo. Como último presidente de la ex Yugoslavia, preservaba el buen humor en los momentos más difíciles y sacaba de quicio con sus bromas sutiles en Belgrado a los beligerantes satélites del ex líder serbio Slobodan Milosevic. Mesic, quien cuenta con hasta un 50 por ciento de los votos según la últimas encuestas, también enfrentó con humor su propia satanización política cuando en 1994 rompió con el entonces presidente croata Franjo Tudjman.

Su principal rival en las elecciones es Jadranka Kosor, en el Gobierno del primer ministro Ivo Sanader responsable de la cartera de Veteranos de guerra, la Familia y la Solidaridad entre las generaciones. La apodan "Big Mother", "Madre Teresa", "Evita" y "Susana" (en croata "llorona") debido a su preocupación por "la dignidad de los veteranos de guerra", la "difícil situación de los inválidos, los jubilados, huérfanos y todos los necesitados".

Es conocida por haber declarado que en Tudjman había visto "a un padre" y que "a donde vaya Sanader, allí voy yo también", por lo que sus críticos concluyen que "carece por completo de personalidad". Su apoyo electoral oscila en torno al 17 por ciento, o sea, que incluso entre el electorado de su propia Unión Democrática Croata (HDZ) sólo la mitad la quiere como jefa de Estado. Antes de entrar en política en 1995, fue una periodista de radio poco conocida y se hizo popular durante la guerra dirigiendo una emisión para refugiados, en que éstos contaban sus problemas.

Contrariamente a los valores propagados por su conservadora HDZ, es ex seguidora del Partido Comunista y madre divorciada, y contradiciendo su imagen de "Madre Teresa", obtuvo un gran apartamento por precio simbólico a cambio de su lealtad política. La únicas polémicas que ha levantado la candidata liberal Djurdja Adlesic se relacionan a su foto presidencial en "postura erótica a lo Sharon Stone", en minifalda y medias de telaraña. "Porqué nadie analiza a Mesic en bragas", exclamó la líder feminista, Bojana Genov, reaccionando a las críticas de que tal foto de Djurdja no es propia de un candidato presidencial.

Mientras, los candidatos de la extrema derecha pronuncian promesas que algunos consideran "cómicas, si no fueran trágicas", y acusan a Mesic de "alta traición". Ante Kovacevic se ha declarado indirectamente seguidor del líder pro-nazi croata de la Segunda Guerra Mundial Ante Pavelic, comentando que "Croacia estará encabezada de nuevo por un Ante". El ex camionero Ljubo Cesic "Rojs" promete colocar al acusado de crímenes de guerra Ante Gotovina al frente del ejército. La policía lo interrogó después de asegurar en un mitin electoral que "Gotovina manda saludos".

Miroslav Blazevic "Chiro", entrenador de la selección croata de fútbol que ganó el tercer puesto en el Mundial de 1998, promete "mano dura" y asegura que ya en 2011 la UE no va a existir". El ex asesor de Tudjman Ivic Pasalic, al que llaman "Herr Flick" por su parecido físico e ideológico a ese personaje nazi de una comedia, compite otra vez a pesar de que en los últimos años bate récords como el político más impopular de Croacia. Otro ex asesor de Tudjman, Slaven Letica, candidato derechista, a veces cabalga sobre la céntrica plaza de Ban Jelacic vestido como un conde croata del siglo XIX, con el que tiene parecido.

Los demás candidatos son tan desconocidos, que, según una encuesta, la mayoría ni siquiera recuerda sus nombres.

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