L D (EFE) El hundimiento se ha producido a las 08.15 horas en los bajos del edificio número 12-14 de la calle de Calafell, en un inmueble del que el martes ya fueron desalojados sus 25 inquilinos al producirse un desprendimiento, que los técnicos de las obras de ampliación de la línea 5 del metro estaban intentando estabilizar. Sin embargo, este jueves por la mañana el corrimiento de tierra se ha hecho mayor y ha habido un hundimiento que ha causado un socavón dentro del inmueble, de entre 25 y 30 metros de diámetro y 30 de profundidad, que ha desplazado unos 3.000 metros cúbicos de terreno y ha hecho caer parcialmente el edificio.
Este hecho ha provocado que las autoridades ordenasen el desalojo de cinco manzanas de este barrio de forma preventiva y trasladasen a las más de 200 familias, muchos de cuyos componentes estaban aún en pijama y desconcertados, al centro cívico Espai Jove Boca Nord, donde han sido informados de las circunstancias del suceso y de que iban a ser realojados temporalmente en hoteles.
Voluntarios de la Cruz Roja y psicólogos y pedagogos del ayuntamiento han ayudado a los vecinos desalojados, que han mostrado su indignación porque creen que el hecho podía haberse evitado ya que habían denunciado repetidamente las grietas que aparecían en sus edificios por las vibraciones de las obras.
El ayuntamiento de Barcelona y la empresa Gisa han asegurado que "se está haciendo un seguimiento individualizado de todas las familias afectadas con el objetivo de buscarles alojamiento en diferentes hoteles de la ciudad". Este hecho ha provocado que las autoridades ordenasen el desalojo de cinco manzanas de este barrio de forma preventiva y trasladasen a las más de 200 familias, muchos de cuyos componentes estaban aún en pijama y desconcertados, al centro cívico Espai Jove Boca Nord, donde han sido informados de las circunstancias del suceso y de que iban a ser realojados temporalmente en hoteles.
Voluntarios de la Cruz Roja y psicólogos y pedagogos del ayuntamiento han ayudado a los vecinos desalojados, que han mostrado su indignación porque creen que el hecho podía haberse evitado ya que habían denunciado repetidamente las grietas que aparecían en sus edificios por las vibraciones de las obras.