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Condenan a 20 años a un hombre que roció con gasolina a su pareja y después le prendió fuego

La Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a 20 años a M.A.A. como autor de la muerte de su compañera sentimental, Mariela Gaviño, quien falleció después de que el acusado la rociara con un líquido inflamable y le prendiera fuego con un mechero.

L D (EFE) En la sentencia, la Audiencia considera al acusado autor de un delito de asesinato con la agravante de haberlo cometido en la morada de la víctima y condena también a M.A.A. a indemnizar a los padres de Mariela con 120.000 euros. Los hechos ocurrieron el 15 de octubre de 2003, cuando el condenado, quién había consumido ese día gran cantidad de bebidas alcohólicas, roció a su novia con un líquido inflamable, lo que provocó a la víctima graves quemaduras que le causaron la muerte el 9 de noviembre de ese año.

La sentencia considera probado que M.A.A. estuvo durante casi todo el día 15 tomando bebidas alcohólicas, que no pagó, en los locales de una peña de Córdoba, y se desplazó a la casa de la víctima con la intención de pedirle dinero. Mariela se negó a dárselo y se inició una discusión entre ambos, agrega la sentencia, que señala que el acusado conocía perfectamente el piso de su compañera, por lo que "sabía que ella tenía instalado en el mismo un pequeño taller de protésica dental, con todos los instrumentos y accesorios propios de tal profesión".

Durante la discusión, el condenado se situó frente a la mujer y "cogiendo un bote que contenía un líquido sumamente inflamable y corrosivo", de cuya existencia "era conocedor", se lo arrojó sobre la cara y el cuerpo. Inmediatamente, el hombre cogió un mechero y aplicó la llama sobre la parte del cuerpo que había impregnado de líquido combustible, provocando así un fuego que rápidamente se extendió.

Esta agresión, según la sentencia, "fue hecha con el propósito de acabar con la vida de Mariela, que se vio sorprendida por la misma porque no la esperaba, razón por la que no pudo defenderse en ningún momento ni hacer nada por evitarla". Al ver el cuerpo ardiendo, el acusado echó una manta sobre el cuerpo de Mariela, que ya había sufrido quemaduras graves, y, aunque se asustó al ver la magnitud de lo que acababa de hacer, "no llamó por teléfono desde la casa para pedir auxilio ni lo recabó de algún vecino".

Tras salir de la casa, el acusado pidió el teléfono móvil a unas jóvenes y llamó al 061, que acudió a los cinco minutos y trasladaron a la víctima, acompañada de su agresor, quien también sufrió quemaduras, al hospital Reina Sofía. El condenado entregó a los sanitarios del 061 el bote de líquido y les comentó que la culpa era de él, dice la sentencia, que agrega que durante el trayecto y en el propio hospital M.A.A. "se mostró coherente, a la par que frío y desafiante, amenazando con denunciar a los médicos".

La mujer fue trasladada, dada la gravedad de sus quemaduras, al hospital Virgen del Rocío de Sevilla y falleció 24 días más tarde. El acusado mantenía relaciones sentimentales con la víctima desde hacía diez meses y, según figura en la sentencia, era muy aficionado a las bebidas alcohólicas, padecía trastornos de personalidad y había recibido tratamiento por su adicción.

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