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Zapatero no quiere opinar sobre los planes de ETA para asesinar a políticos vascos

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha querido opinar sobre si los planes de ETA, conocidos en las últimas horas, para asesinar políticos vascos de PP y PSE cambian su visión sobre la solución al terrorismo en el País Vasco. Además, el presidente volvió a restar importancia a sus reuniones secretas con Imaz y Carod. Sin embargo, los que han aparecido como objetivos etarras sí han creido conveniente analizar el nuevo salto de la banda al asesinato planificado.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha querido opinar sobre si los planes de ETA, conocidos en las últimas horas, para asesinar políticos vascos de PP y PSE cambian su visión sobre la solución al terrorismo en el País Vasco. Además, el presidente volvió a restar importancia a sus reuniones secretas con Imaz y Carod. Sin embargo, los que han aparecido como objetivos etarras sí han creido conveniente analizar el nuevo salto de la banda al asesinato planificado.
L D (Agencias) Para no opinar sobre los planes asesinos de ETA, Zapatero argumentó que no se referirá nunca a asuntos que tengan que ver con investigaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sobre la banda terrorista.
 
En conversación informal con un grupo de periodistas tras participar en un acto en Madrid a favor de la Constitución Europea organizado por el Consejo General de la Abogacía, el presidente sí subrayó, en todo caso, en que a las próximas elecciones vascas no podrán concurrir formaciones ilegalizadas como Batasuna ni personas de su entorno, a no ser que cumplan con la jurisprudencia sentada por los Tribunales sobre la Ley de Partidos, que exige una previa condena expresa y rotunda de la violencia etarra.
 
El jefe del Ejecutivo volvió a restar importancia al hecho de que no se publicitaran los encuentros que mantuvo en La Moncloa con el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, el pasado 18 de enero, o con el dirigente de ERC Josep Lluis Carod-Rovira, cuatro días más tarde. Destacó que suele reunirse con todo el mundo que se lo pide, que tiene muchos contactos con dirigentes políticos y que la entrevista con Imaz estaba comprometida desde mucho tiempo antes a que se produjera, para tratar sobre el referéndum de la Constitución europea y de otro asunto que no quiso desvelar (otras fuentes indicaron a Europa Press que se trataba de un tema relacionado con el BBVA). En todo caso, insistió en que la reunión con Carod versó exclusivamente sobre temas catalanes (Estatuto, financiación, etc.) y también sobre el Plan Ibarretxe y la situación en el País Vasco, por lo que fue inevitable que saliera el asunto de ETA.
 
Los amenazados sí opinan
 
Los que aparecen en la documentación incautada al terrorista son el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso (PP), los portavoces del PP y del PSE-EE en el Parlamento vasco, Leopoldo Barrera y Rodolfo Ares, y el presidente del PP de Vizcaya, Antonio Basagoiti. En declaraciones a Libertad Digital, Antonio Basagoiti lamentó que hasta ahora "se había conseguido acorralar a los terroristas y ahora, sin embargo, parece que están más fuertes, ponen bombas, tienen planes... ". Este cambio de estratégico de volver al tiro en la nuca, al atentado selectivo, según Basagioti, "no es porque sí, responde más bien al ambiente en el que se lanzan llamadas a la negociación". En definitiva, concluyó el líder popular vasco, "quieren presentar posición de fuerza" ante un eventual escenario de negociación.
 
Leopoldo Barreda  subrayó que estos últimos meses "ha habido quien se ha creído Tony Blair", en referencia al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, pero advirtió que la detención del etarra Javier Pérez Aldunate ha hecho "saltar por los aires" muchas hipótesis. “Desde el PSE han entrado en juegos de contactos y relaciones que no van a ninguna parte”, dijo. Para Barreda, estas hipótesis no eran más que "cálculos electorales en torno al fin de ETA, al posible destino de los votos de Batasuna, en torno a cómo jugaría la presencia o ausencia de Batasuna en las elecciones".
 
Leopoldo Barreda asegura que desde hace tiempo que no espera ver convicciones en el nacionalismo vasco, pero no deja de sorprenderle que "los socialistas vascos, que tenían que haber aprendido esta lección hace muchos años, hayan vuelto a caer en esa trampa" y no hayan sabido "mantener una línea de actuación coherente". En opinión del dirigente del PP vasco, "ETA, siempre que ve alguna posibilidad de negociación o de conseguir algo, se siente retribuida por haber matado o por poder volver a matar".  El dirigente del PP advierte que la "única reacción posible es reafirmarnos en lo que es eficacia contra los terroristas, luchar contra ellos con independencia de lo que hagan, no estar obsesionados con tomas de temperatura en el mundo de ETA, sino ser capaz de comprender que un terrorista siempre es un terrorista". "Las otras posibilidades que se exploran transmiten debilidad", apostilló.
 
Alfonso Alonso lamentó que la aparición de objetivos sea "la constatación más preocupante de la decisión de ETA de matar y de hacerlo de manera inmediata si puede". "Está claro que ETA quiere matar y estamos en una época difícil. Hay que seguir trabajando y tener cuidado", agregó.
 
Rodolfo Ares declaró que el discurso de Batasuna en el Velódromo de Anoeta "formaba parte de una serie de maniobras para ocultar la realidad". Ares denunció, por medio de un comunicado, "el cinismo político y el doble lenguaje de Batasuna, al haber tratado de crear falsas expectativas políticas, al tiempo que ETA preparaba nuevos atentados". El dirigente socialista vasco mencionó también su sorpresa de que los responsables institucionales y políticos del País Vasco defiendan que Batasuna se presente a las próximas elecciones autonómicas, "como si, en lugar de ser una tapadera política de ETA, fuera un partido vasco equiparable a todos los demás".
 
La presidenta del Partido Popular en el País Vasco, María San Gil, advirtió este martes de que la organización terrorista ETA ha dado a sus miembros la orden de asesinar e insistió en que su grupo político es el único que ha dicho reiteradamente que "nada ha cambiado" en el mundo de ETA y que la organización sigue siendo "una banda de asesinos” cuyo único interés es "sembrar el dolor, el miedo y matar". En su opinión, hay que hacer un llamamiento "muy claro" a la firmeza del Estado de derecho contra el fenómeno terrorista, "decirle al señor Zapatero que con ETA no hay nada que hablar, que ETA lo único que sabe es utilizar el lenguaje del terror y que la firmeza del Estado democrático, más que nunca, tiene que ser una evidencia clara y evidente".
 
 

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