L D (EFE) Askar Akáyev, derrocado presidente de Kirguizistán, aseguró este miércoles que "por ahora no he renunciado a mis poderes presidenciales ni he presentado la dimisión" ya que "actualmente no veo razones para dimitir". Además, se manifestó dispuesto a entablar diálogo con el nuevo Parlamento del país, para superar la actual crisis política en Kirguizistán.
Akáyev explicó que el nuevo Legislativo es por ahora "el único órgano legítimo de poder" en el país y que eligió como su presidente al veterano político Omurbek Tekebáyev. Preguntado sobre el tema de las posibles negociaciones con el Parlamento, Akáyev señaló que el objetivo debe ser devolver la vida en Kirguizistán al cauce constitucional".
El mandatario kirguís, en el poder desde 1990, reiteró que no se proponía buscar otro mandato presidencial después de que venciera el actual, como afirmaba la oposición que lideró la rebelión popular, y que tampoco preparaba un sucesor. Agregó que tampoco se presentará a los comicios presidenciales que el viejo Parlamento kirguís, antes de aprobar hoy su disolución, decidió adelantar para el 26 de junio próximo.
"Es el pueblo quien debe decidir quién será el próximo presidente de Kirguizistán, y también depende del pueblo si el próximo jefe de Estado será mejor dirigente que yo", indicó. Además, se mostró confiado en poder volver a Kirguizistán cuando se imponga el orden constitucional y cuando el país tenga unas nuevas autoridades legítimas que puedan dar garantías de seguridad a él y a su familia.
Akáyev explicó que el nuevo Legislativo es por ahora "el único órgano legítimo de poder" en el país y que eligió como su presidente al veterano político Omurbek Tekebáyev. Preguntado sobre el tema de las posibles negociaciones con el Parlamento, Akáyev señaló que el objetivo debe ser devolver la vida en Kirguizistán al cauce constitucional".
El mandatario kirguís, en el poder desde 1990, reiteró que no se proponía buscar otro mandato presidencial después de que venciera el actual, como afirmaba la oposición que lideró la rebelión popular, y que tampoco preparaba un sucesor. Agregó que tampoco se presentará a los comicios presidenciales que el viejo Parlamento kirguís, antes de aprobar hoy su disolución, decidió adelantar para el 26 de junio próximo.
"Es el pueblo quien debe decidir quién será el próximo presidente de Kirguizistán, y también depende del pueblo si el próximo jefe de Estado será mejor dirigente que yo", indicó. Además, se mostró confiado en poder volver a Kirguizistán cuando se imponga el orden constitucional y cuando el país tenga unas nuevas autoridades legítimas que puedan dar garantías de seguridad a él y a su familia.