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LOS HECHOS OCURRIERON EN 1993

El "asesino de los novios" de Valdepeñas declara en el juicio que sólo buscó el robo

Gustavo Romero Tercero, de 34 años, acusado confeso de la muerte de los novios de Valdepeñas, Sara Dotor y Angel Ibañez, de 21 y 24 años, ocurrida el 18 de junio de 1993, se reafirmó este martes, durante el inicio del juicio en la Audiencia de Ciudad Real, autor de ambas crímenes, pero, dijo que sólo buscaba el robo, no hacerles daño.

Gustavo Romero Tercero, de 34 años, acusado confeso de la muerte de los novios de Valdepeñas, Sara Dotor y Angel Ibañez, de 21 y 24 años, ocurrida el 18 de junio de 1993, se reafirmó este martes, durante el inicio del juicio en la Audiencia de Ciudad Real, autor de ambas crímenes, pero, dijo que sólo buscaba el robo, no hacerles daño.
L D (EFE) Gustavo Romero, para quien el fiscal pide una pena de 78 años de cárcel, explicó en su declaración que por aquellas fechas se encontraba en paro, estaba casado y era padre de un hijo, y que su esposa se hallaba embarazada del segundo, así como que se sentía muy atormentado por su situación económica y familiar.

Añadió que la noche de los hechos paseaba por el parque de Valdepeñas  y que al ver a la pareja se le ocurrió asaltarles por dinero, valiéndose de su navaja, con la que les amenazó. El acusado, que no quiso ver las fotos de los cuerpos de las víctimas, añadió que lograda la cartera de Ibáñez, Sara le dijo que lo conocía tras lo cual decidió abandonar el lugar. Pero, en ese momento, según el acusado, la pareja se habría revelado contra él al agredirle por la espalda, lo que habría desencadenado una pelea que acabó con la muerte de los novios, dada su superioridad como poseedor del arma blanca.

"Una vez que le di la primera cuchillada , dijo Romero, no soy consciente de nada, una vez que pasó lo de Angel mi cabeza ya no rige, no sé por qué voy después a por Sara, quizá por miedo a que me delate". Sin embargo, el fiscal le recordó que en su primera declaración ante el juzgado de Valdepeñas consta que desnudó a la joven y le hizo tocamientos e, incluso, le introdujo el puño de una mano por la vagina y la ató, así como que el motivo de las muertes habría sido el miedo a verse delatado.

El acusado dijo también que cometidos los crímenes se fue a su casa e informó de lo sucedido a su esposa, quien le habría aconsejado que no se entregara, como pretendía, para no verse sola con dos hijos de corta edad.

En cambio, la ex esposa, Yolanda S., que declaró tras un biombo y bajo un fuerte estado de nervios, dijo que Gustavo, con el que estaba casada desde los 17 años tras un embarazo prematuro, "era un hombre muy violento", que la maltrataba y amenazaba, por lo que no quiso denunciar los crímenes de su marido "porque me decía que si lo hacía iba a matar lo que yo más quería".
Por su parte, Ana Belén A., actual compañera sentimental del acusado, le calificó como "una persona normal", no violenta, y que la trataba muy bien.

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