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BALONMANO

El Ciudad Real gana al Montpellier y acaricia la final de la Liga de Campeones (30-24)

El Montpellier francés no ha sido rival para el Ciudad Real, que ha vencido por seis goles de diferencia (30-24), en partido de ida de semifinales de la Liga de Campeones de balonmano disputado en el Quijote Arena ante la presencia de 5.200 aficionados. El equipo manchego viajará así a Francia con tranquilidad el próximo 10 de abril para disputar la vuelta.

L D (EFE) El Montpellier le remontó ocho goles al Portland en la final de 2003 de esta máxima competición continental, un precedente que deberá tener en cuenta el Ciudad Real pese a que el equipo español se ha mostrado superior a su adversario. El equipo de Juan de Dios Román tardó en coger el ritmo de un partido de semifinales. Los franceses, con más experiencia que calidad, se aprovecharon cuanto pudieron de esa situación de incertidumbre inicial, así como de las sucesión de imprecisiones del Ciudad Real.

Ni Alberto Entrerríos ni Rolando Uríos lograban digerir el 5-1 francés. El Montpellier se marchó en el marcador pasados los primeros 10 minutos (3-6), con el lateral Karabatic como responsable del lanzamiento exterior de su equipo. El Ciudad Real se sobrepuso tras un cambio a una defensa en 6-0. Con un parcial de 5-0 el Ciudad Real tomó el mando para no soltarlo ya hasta el final. Talant Dujshebaev sacó su genialidad y maestría sobre el parqué para dirigir al equipo castellano manchego. Comenzó a ver al pivote Uríos, y entre ambos pusieron el contrapunto para que el partido adquiriese la obligada intensidad, que deparó una mayor ventaja local hasta el 16-11 del descanso.

En la segunda parte despertó un dormido Alberto Entrerríos, un campeón del mundo que soltó el brazo para anotar cinco goles. Su aportación fue trascendental para desequilibrar la defensa visitante, aunque el Montpellier no se entregó. Siempre jugando al límite de la pasividad, con ataques largos, el conjunto francés mantuvo en cierta medida a raya a su rival pese a sus carencias en el lanzamiento exterior. El técnico francés, Patrice Canayer, situó al extremo zurdo internacional Anquetil en el lateral derecho, lo que curiosamente vino a desajustar a la defensa local.

En apoyo, Anquetil perforó en dos ocasiones la portería defendida por Hombrados, lo que quebrantó el ánimo de los jugadores locales y exasperó a Juan de Dios Román. El enfado del técnico local fue a más cuando Kallman y Uríos fallaron dos lanzamientos claros desde 6 metros. El Ciudad Real tuvo tiempo, no obstante, para conseguir su máxima distancia en el tanteador a los 51 minutos (27-19), pero dos pérdidas de balón consecutivas dieron nuevamente oxígeno al Montpellier.

Incluso, un último lanzamiento desde siete metros en vaselina del hasta entonces acertado Olafur Stefansson fue atrapado fácilmente por el portero suplente Karaboue. La parada fijó el resultado con el que el Ciudad Real debe afrontar el próximo domingo el partido de vuelta para intentar acceder por primera vez a una final de Liga de Campeones.

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